El agujero de la capa de ozono de 2024 ha mostrado un comportamiento atípico, registrando uno de los agujeros más pequeños de los últimos años y cerrándose anticipadamente a principios de diciembre.
Tras cuatro años consecutivos de agujeros excepcionalmente grandes y persistentes, este año el agujero comenzó a formarse a finales de agosto, más tarde de lo habitual. Investigaciones de la NASA atribuyen este retraso a episodios inusuales de calentamiento súbito en la estratosfera durante julio y agosto.
Un Agujero de la Capa de Ozono Pequeño y un Cierre Anticipado
La extensión máxima del agujero de ozono de 2024 fue de aproximadamente 22 millones de kilómetros cuadrados a finales de septiembre. Esto es significativamente menor que los 25 millones de kilómetros cuadrados registrados en 2022 y 2023.
El cierre anticipado, durante la primera semana de diciembre, contrasta con los cuatro años anteriores, cuando el cierre ocurrió en la segunda quincena de diciembre.
Influencia del Volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai
La erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en enero de 2022 es considerada un factor clave en el comportamiento del agujero de ozono en los últimos años.
La erupción inyectó millones de toneladas de vapor de agua en la estratosfera, alterando su composición química y dinámica y favoreciendo la formación de vórtices polares más fuertes, lo que contribuyó a un mayor agotamiento del ozono.
Un Respiro para la Capa de Ozono, pero el Futuro es Incierto
Aunque el comportamiento del agujero de ozono en 2024 puede ser una señal alentadora, los expertos advierten que la recuperación completa de la capa de ozono podría extenderse hasta mediados del siglo XXI.
La aplicación continua del Protocolo de Montreal y la evolución del cambio climático serán determinantes para el futuro de la capa de ozono.
Importancia del Ozono y Compromiso Global
El ozono actúa como un escudo protector contra la radiación ultravioleta del sol. Su debilitamiento aumenta el riesgo de cáncer de piel, problemas oculares y otros daños a la salud humana, así como efectos negativos en los ecosistemas.
Argentina ha participado activamente en los esfuerzos globales para proteger la capa de ozono, ratificando el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal. Este acuerdo internacional, firmado en 1987, ha logrado eliminar el 99% de los compuestos que agotan la capa de ozono a nivel global.
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