El “monstruo de Gila” es un lagarto venenoso del que se desconoce algo trascendental. Gracias a él, los científicos descubrieron una enzima que los inspiró a desarrollar medicamentos que hoy son revolucionarios para ayudar a personas con diabetes y obesidad.
Esto pese a que la mordida del animal podría llegar a ocasionarle serias complicaciones a cualquier ser humano.
Cómo es el monstruo de Gila
Su nombre científico es Heloderma suspectum, pero la mayoría de la gente lo conoce como el monstruo de Gila.

Debido a la mordedura de este animal, en noviembre de 2024, un hombre que lo tenía como mascota falleció en el estado de Colorado, Estados Unidos.
Es una de las dos especies de lagarto venenoso nativas de Norteamérica. Su veneno evolucionó para inmovilizar presas pequeñas, dada su falta de agilidad.
De veneno a medicamento revolucionario
Paradógicamente, este pequeño lagarto está detrás de uno de los descubrimientos médicos que más vidas podría salvar en el futuro.
En su veneno, los científicos descubrieron una enzima que inspiraría a los científicos a desarrollar medicamentos que aumentan la actividad del receptor GLP-1. Hoy se venden en el mercado con las marcas Ozempic, Wegovy y Mounjaro y prometen ser una revolución en la lucha contra la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Es que, los científicos descubrieron es que, además de tener un efecto sobre la presa, una hormona presente en el veneno parecía estar ayudando a que el metabolismo del monstruo de Gila se ralentizara.
A tal nivel, que este lagarto puede sobrevivir hasta un año con apenas seis comidas, según la Universidad de Queensland.
Al aislarla, los investigadores descubrieron que esta hormona, a la que llamaron exendina-4, era muy similar al GLP-1, una sustancia que los seres humanos producimos de manera natural para regular los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas.
Según los científicos, la exendina-4 es diferente al GLP-1 en una característica clave: mientras que el GLP-1 humano sale rápidamente del cuerpo a través de los mecanismos naturales de excreción, la exendina-4 se mantiene más tiempo en el organismo.
Esto hace que su efecto sobre la regulación de la glucosa sea de mayor duración.
Así, la primera gran aplicación práctica de la exendina-4 fue para el desarrollo de un medicamento llamado Byetta (exenatida), específico para tratar la diabetes tipo 2.

“Es increíble cómo con un cambio en uno o dos aminoácidos se puede lograr que la molécula dure más tiempo en el torrente sanguíneo, manteniendo o incluso aumentando su eficacia terapéutica”, dijo a BBC Mundo el profesor Kini.
La experiencia con el monstruo de Gila demuestra así el potencial de combinar biología molecular, farmacología y el estudio detallado de venenos.
En Argentina: los avances en el suero antiveneno de escorpiones
En lo que a investigaciones científicas refiere, la Argentina no se queda atrás. Hace poco se conoció el trabajo de investigadores locales que buscan crear un suero antiveneno de escorpiones en la Provincia de Buenos Aires.
En el trabajo avanzan en conjunto el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) junto al Instituto Biológico “Tomás Perón” de la Provincia.
El objetivo es utilizar el veneno de los escorpiones en personas picadas por estos animales. El proyecto cuenta con el apoyo de la CIC a través de la convocatoria Ideas-Proyecto.