El primer buque propulsado con energía eólica ya surca los mares, ha iniciado su viaje inaugural, que lo llevará desde Singapur hasta Brasil. Se trata de una importante prueba de uno de los proyectos más ambiciosos en el ámbito de la navegación ecológica.
La industria marítima tiene por delante el reto de la descarbonización y el Pyxis Ocean es uno de los buques más importantes para conseguirlo. ¿Por qué es tan especial? Se debe al sistema WindWings, una tecnología de propulsión de velas rígidas.
Los grandes barcos vuelven a la vela
El sistema ha sido desarrollado por Yara Marine, Cargill y BAR Technologies. El barco, bajo la Mitsubishi Corporation, dispone de dos velas de hasta 37,5 metros de altura que aprovechan la fuerza del viento para impulsarse.
Estamos ante un proyecto de envergadura, con una tecnología que lleva varios años desarrollándose y tiene detrás a Cargill, una de las grandes empresas navieras del mundo. Según explican los responsables, estas velas WindWings ayudarán a reducir un 30% las emisiones de CO2 durante la vida útil del buque.
El cálculo es que en una ruta mundial promedio, las WindWings pueden ahorrar 1,5 toneladas de combustible por WindWing y día, con la posibilidad de ahorrar más en rutas transoceánicas
El viaje, que puede seguirse en VesselFinder, está registrado con el número 9798856, navega bajo la bandera de Singapur y tiene una eslora de 229 metros. Está previsto que llegue a Brasil el próximo 15 de septiembre, un mes después de partir.
La velocidad actual es de unos 12,4 nudos, aunque el éxito del viaje no está asegurado. “Es una apuesta arriesgada. No hay garantías de que vaya a funcionar”, explica a Reuters Jan Dieleman, presidente de la división de transporte marítimo de Cargill.
Aunque el viento y las velas fueron el principal método de propulsión durante siglos, los buques de carga modernos de gran tamaño se basan en los motores de vapor y diésel.
“Preveo que para 2025 la mitad de los buques nuevos serán propulsados con el viento. La razón por la que tengo tanta confianza es el ahorro: una tonelada y media de combustible al día. Si ponemos cuatro alas en un buque, ahorramos seis toneladas de combustible y 20 toneladas de CO₂ al día. Las cifras son enormes”, explica John Cooper, director de Bar Technologies a la BBC.
El objetivo es que estas velas WindWings no solo estén disponibles en la flota de Cargill, sino en todo el sector. La compañía tiene previsto construir cientos de velas durante los próximos cuatro años.