La “carne falsa” amenaza a la ganadería tradicional

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“En primer lugar, me gustaría comenzar con una ligera apreciación. Hay dos preguntas complejas para plantear a un científico. Son “¿estás seguro?” y “¿cuándo?”. Así pues, “a todos los efectos” cubre bastante bien todas las posibilidades aunque pueden haber trampas en las que caer”. Es el precavido razonamiento previo de un científico antes de contestar a preguntas rotundas. Y Pasi Vainikka, CEO de Solar Foods, últimamente tiene que responder a demasiadas preguntas concluyentes de los periodistas.

Es normal que se cubra las espaldas. Esta empresa finlandesa se ha propuesto acabar de un plumazo con la ganadería industrial creando alimentos con tres elementos: aire, electricidad y bacterias. O como les gusta decir a ellos: “Comida de la nada”.

Lo que está en juego son 12.000 años alimentando a la humanidad, darles una sacudida violenta y empezar de cero. Por eso la cuestión en particular sobre si las granjas de fermentación pueden reemplazar a las granjas de animales merece mimar todas y cada una de las palabras elegidas. “Está surgiendo una industria completamente nueva y, con la excepción de algunas texturas (apariencia física y funcionalidad como la sensación en boca de una manzana o una fresa), realmente podríamos reemplazar todas esas partes de nuestro sistema alimentario actual que generan una preocupación ambiental”.

Y después de una pausa casi dramática, aquí viene el bombazo: “Sí. Por qué no. Nos hemos propuesto desconectar la producción de alimentos de la agricultura. La carne, la leche y el consiguiente cambio en el uso de la tierra son un problema, y pueden ser reemplazados”.

Pasi Vainikka habla entre líneas del ‘ferming’, un nuevo término que pretende imponerse al farming. Sólo cambia una letra en el anglicismo, pero revoluciona los preceptos de la agricultura industrial y la ganadería intensiva. Quizás se entienda mejor con otro término derivado mezcla de los dos, el ‘farmfree’ (libre de granja). Entre otras muchas cosas, significa cambiar las granjas de animales de toda la vida por las granjas de fermentos de precisión, y pasar de la proteína animal a la proteína electrónica. Sí, lo que se pretende es alimentar con éxito a los 9.100 millones de personas que seremos en 2050, según datos oficiales de la FAO. Eso significa un 34% más de la población actual. Y son muchas más bocas que alimentar.

Nutrirnos con fermentos capaces de “fabricar” cualquier tipo de alimento cortocircuita nuestro lado más emotivo. Aquí hay que centrarse en nuestro lado más racional para no desertar a media argumentación. Carne, huevos, pescado, harinas, cereales, pasta y un largo etcétera surgido de la química y la física de un laboratorio. Vacas, gallinas, el océano y el campo quedan al margen. Exceptuando verduras y frutas frescas, parece que todo es posible si hacemos caso a Solar Foods. Su hoja de ruta es ambiciosa. Entre 2021 y 2022, inaugurarán la primera planta capaz de poner el mercado 50 millones de comidas por año. Y sólo es el principio porque estiman los 2.000 millones de comidas con proteínas de laboratorio antes de acabar 2023. Falta recibir la nueva autorización de alimentos dentro de la Unión Europea para poder dar el pistoletazo de salida a un nuevo mundo basado en la fermentación de precisión.

Que nadie se engañe, esto es mucho más relevante que una hamburguesa vegetal. Es cuestión de poner en orden las bacterias correctas y dejar que la ciencia eche el resto. La implantación del ferming supondría liberar la tierra de la mancha de la agricultura intensiva, acabar con la deforestación masiva de los bosques y dejar de contaminar los ríos con los excrementos de los animales de granja. Tres en uno. Al menos, esa es la tesis fundamental que defiende el activista y periodista medioambiental George Monbiot en el polémico documental Apocalypse Cow para Channel 4: derrotar los tentáculos del cambio climático salvando el planeta y revolucionando nuestra manera de comer. Porque revertir el colapso ecológico es factible (y posible).

Antes de caer en el pozo de la sobreinformación, mejor volver al CEO de Solar Foods. Después de vacilar con la respuesta a la primera pregunta, Pasi Vainikka coge carrerilla ante el gran interrogante abierto. ¿Cuál será el futuro de los granjeros y los agricultores si el sistema alimentario se desconecta del campo? “Encontrarán mejores cosas que hacer”, dice. No está nada mal para no querer dar respuestas no concluyentes. “Por ejemplo, no veo a ningún electricista llorando por los teléfonos fijos.

La nueva industria de la telefonía móvil es tan beneficiosa para todos, que desplazó fácilmente los inconvenientes y el desempleo de los electricistas que habían estado prestando servicio e instalaciones de cabinas telefónicas en cada esquina. Y parece tan innecesario ahora. Lo mismo vale para la comida. El 70% de todas las aves del planeta son gallinas. Es completamente innecesario. También podemos hacer proteínas de leche sin vacas. Si podemos, ¿por qué no hacerlo? Si queremos leche, ¿por qué debemos criar y mantener un animal si tenemos la tecnología para evitarlo?”.

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