Un estudio reciente indica que los huracanes en los océanos Atlántico y Pacífico oriental serán más frecuentes e intensos en la próxima década.
Investigadores de la Universidad de Reading utilizaron un avanzado software de predicción de la Oficina Meteorológica del Reino Unido para proyectar la actividad ciclónica en los próximos diez años.
Sus hallazgos sugieren que la cantidad de ciclones tropicales en el Atlántico podría más que duplicarse en comparación con los niveles de la década de 1970, mientras que en el Pacífico oriental, el aumento podría superar el 30%.
Además de que sean más frecuentes, se espera que la energía total de estos huracanes, una medida que combina su cantidad, intensidad y duración, aumente significativamente. En el Atlántico Norte, la energía acumulada de las tormentas podría duplicarse en comparación con los valores de hace 50 años.
Paul-Arthur Monerie, investigador principal del estudio en el National Centre for Atmospheric Science de la Universidad de Reading, explicó que hasta ahora las predicciones de huracanes eran limitadas, comparables a intentar ver a través de una densa niebla.
Sin embargo, este nuevo método de predicción permite visualizar patrones con años de anticipación, ofreciendo a las comunidades costeras más tiempo para prepararse ante el aumento de la actividad ciclónica proyectado hasta 2030.
Avances en la predicción de huracanes y sus implicaciones
El estudio, publicado en npj Climate and Atmospheric Science, utilizó el software DePreSys4 de la Oficina Meteorológica junto con un algoritmo especializado para rastrear tormentas individuales dentro de modelos climáticos.
Este enfoque marca un avance en la predicción de huracanes, ya que en lugar de basarse únicamente en indicadores indirectos como la presión atmosférica o las temperaturas superficiales del mar, sigue directamente la evolución de las tormentas dentro de las simulaciones climáticas.
Aunque el seguimiento directo de huracanes ya se aplica en pronósticos a corto plazo (de días o meses), esta es la primera vez que se ha logrado proyectar patrones de actividad ciclónica con hasta una década de anticipación.
Esta capacidad brinda una perspectiva sin precedentes sobre los riesgos futuros de tormentas, lo que podría mejorar la preparación y mitigación de daños en comunidades vulnerables.
El estudio vincula la actividad ciclónica más frecuente con dos factores ambientales clave: el calentamiento del océano y los cambios en los patrones de viento atmosférico.
Se prevé que las temperaturas del Atlántico se mantendrán elevadas en los próximos años, proporcionando más energía para la formación e intensificación de huracanes. A su vez, las variaciones en la circulación de vientos a diferentes altitudes en la atmósfera podrían generar condiciones más propicias para su desarrollo.
Estos cambios responden tanto a fluctuaciones climáticas naturales como a tendencias de calentamiento global, reforzando la necesidad de estrategias de adaptación y prevención en las regiones costeras más expuestas.
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