Personal especializado del Museo de Ciencias Naturales de Miramar y de la Fundación Azara identificaron los restos de un tiburón blanco, lo que demuestra la presencia de este depredador marino a partir de fósiles que tendrían una antigüedad cercana a los 10.000 años.
Dos residentes de la ciudad balnearia fueron quienes hallaron los restos fósiles, mientras recolectaban caracoles en la playa. En ocasiones aparecen en la costa fósiles desplazados o rodados, pero estos restos marcaron la diferencia.
“De forma separada en distancia y tiempo, se recuperaron los dientes que muestran un importante proceso de fosilización. Los materiales en cuestión quedaron a resguardo en un cajón durante unos años”, comentó Daniel Boh, titular del museo local.
La primera pieza dentaria fue encontrada en las playas ubicadas frente al bosque del vivero dunícola, y la segunda procede de la villa balnearia de Mar del Sud, a 17 kilómetros al sur de Miramar.
Pasaron varios años hasta que Mariano Magnussen, integrante del Laboratorio Paleontológico del nuevo museo miramarense, notó la importancia del hallazgo mientras revisaba cientos de fósiles depositados en las colecciones. Junto a Federico Agnolin, representante del Museo Argentino de Ciencias Naturales, Conicet, Fundación Azara y Universidad Maimonides, llevaron a cabo las primeras observaciones sobre los mismos y desarrollaron algunas hipótesis sobre su origen, ya que en varios sectores de las playas locales suelen aparecer restos fósiles de ballenas, caracoles y erizos que estarían vinculados con los ambientes donde vivían estos tiburones prehistóricos.
Posteriormente, Sergio Bogan (de la Fundación Azara y Universidad Maimonides) consultó la colección de fósiles de la institución y observó estos dientes, identificándolos de inmediato como los de un Carcharodon carcharias, popularmente conocido como tiburón blanco.
“Si bien presentan erosión, se trata de dos excelentes piezas fósiles: una de ellas de la mandíbula superior y la otra de la inferior. Son los primeros de esta especie descubiertos en este sector de la costa bonarense”, sostuvo Bogan.
“El tiburón blanco en la actualidad es sumamente inusual en nuestra costa y este hallazgo refuerza el modelo paleontológico previamente propuesto, donde la especie era mucho más abundante en el pasado reciente de nuestro mar”, agregó.
Cabe señalar que todos los fósiles y yacimientos están protegidos por la ley 25.743/03 y por la ordenanza municipal 248/88, donde el estado provincial -a través del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico- tiene jurisdicción ante la recuperación de los mismos.
“Los fósiles son patrimonio de todos, resultan materia de fascinación para el público y una fuente de constante información para conocer el pasado de nuestra región. Es sumamente importante preservarlos“, aconsejaron desde el museo miramarense.
