Revelan que el polvo del desierto aumenta el riesgo de mortalidad cardiovascular

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La contaminación del aire ambiente es un grave problema de salud ambiental, que causa, según la Organización Mundial de la Salud, varios millones de muertes cada año, principalmente en grandes urbes, donde la población está expuesta a las emisiones de los automóviles y la industria. Sin embargo, hay regiones en las que la mala calidad del aire se debe también a las tormentas de polvo del desierto.

Estas regiones se encuentran en el denominado Cinturón de Polvo, que se extiende por el Norte de África, Oriente Medio y el interior de Asia. El polvo norteafricano, del Sahara y Sahel, es generalmente transportado hacia el Atlántico, pasando por Canarias y Cabo Verde, aunque en ocasiones llega a Europa, especialmente a España, Italia y Grecia.

Este nuevo estudio, publicado en el último número de la revista Journal of Clinical Medicine, se basa en una revisión sistemática de estudios previos realizados en Asia, Europa, Oriente Medio y Norte de África, y en el análisis estadístico de los resultados obtenidos en los mismos. Se trata del primer meta análisis sobre el impacto del polvo desértico en la enfermedad cardiovascular.

“Evaluamos el impacto del polvo en la mortalidad cardiovascular, en el síndrome coronario agudo y en la insuficiencia cardiaca, englobando un total de 700 mil eventos cardiovasculares”, explica el investigador Sergio Rodríguez, de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), instituto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Almería. A diferencia con otros estudios, “esta metodología de meta análisis, de reprocesamiento de estudios anteriores, es la primera vez que se realiza sobre el impacto del polvo en la salud cardiovascular”, destaca Rodríguez.

Los resultados muestran que, a nivel global, existe una clara asociación entre la exposición al polvo desértico y la mortalidad cardiovascular, de forma que un aumento en la concentración de polvo desértico en el aire ambiente, de 10 microgramos por metro cúbico de aire), está asociado a un aumento del 2% en el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.

“El riesgo de mortalidad cardiovascular es más probable durante el primer y segundo día de la exposición al polvo desértico”, señala el Dr. Alberto Domínguez Rodríguez del Hospital Universitario de Canarias.

Este estudio sale a luz después de la concatenación de intensos episodios de polvo norteafricano que viene sufriendo el Atlántico Norte y Europa. “El pasado 6 y 7 de febrero Europa sufrió una intensa oleada de polvo Sahariano, que cubrió la nieve de los Pirineos de los Alpes de naranja. En junio de 2020 el Caribe, Centroamérica y el Sur de los Estados Unidos Sufrieron el episodio de polvo del Sahara más intenso de las últimas décadas, y en febrero de 2020 Canarias sufrió un virulento episodio de polvo sahariano que obligó a cerrar el espacio aéreo del Archipiélago durante dos días” señala Rodríguez.

Este estudio ha sido llevado a cabo por un equipo multidisciplinar de cardiólogos, bioquímicos y físicos de la atmósfera, liderado por el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Canarias, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Hospital Universitario Central de Asturias, la Universidad de La Laguna entre otras instituciones.

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