¿Sabés qué es un virus?
Un virus es una partícula infectiva que consiste en una cadena de ácidos nucleicos (ADN o ARN), donde guarda su información para poder realizar su ciclo biológico. Esta pequeña porción de ADN o ARN está protegida por una cápsula de proteínas. Los virus son considerados parásitos intracelulares, lo que significa que son dependientes de su célula huésped para poder multiplicarse e infectar nuevas células. Es decir que fuera de la célula huésped el virus no se multiplica, esta latente.
Los virus infectan a una célula huésped al unirse a receptores presentes sobre las membranas de las mismas: los receptores son necesarios para que el virus pueda entrar a la célula y comenzar su ciclo de replicación, son sus puertas de entrada a la célula. Estos receptores son específicos para cada especie viral, cada virus usa una puerta de entrada en particular y pueden estar presentes en células de todos los órganos o ser específicos de determinados órganos, limitando la infección de ciertos virus por ejemplo a células del intestino, pulmón, etc. Asimismo, hay receptores que son solo expresados por ciertas especies animales. Es decir, que hay virus que sólo infectan el tracto intestinal en humanos y otros que sólo infectan las células pulmonares de las aves dependiendo de si encuentran en estas células de estos organismos los receptores que les permiten entrar e iniciar su ciclo de multiplicación.
¿Cómo aparece un nuevo agente infeccioso de forma natural ?
Al replicar (multiplicarse) rápidamente y no tener la misma regulación en la replicación que la mayoría de los mamíferos los virus son propensos a mutar fácilmente. Con el avance de la población y sistemas productivos en zonas no previamente pobladas, en los últimos años nos vimos enfrentados a varios casos en los cuales virus que infectan ciertas especies animales adquieren la capacidad de infectar humanos. Esto es posible dado a la capacidad del virus de mutar y adaptarse a infectar un nuevo huésped, que no es su huésped natural. Es así que nos encontramos frente a un nuevo agente infeccioso.
En particular el Coronavirus (Cov) es un virus que afecta animales y se transfiere a humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca dos transferencias de importancia sanitaria: el SARS-CoV (transmitido de gatos a humanos) en el 2002 y el MERS-Cov (transmitido de dromedarios a humanos) en el 2012 y es lo que está ocurriendo ahora con la nueva cepa de Coronavirus SARS-CoV-2 (CoVid-2019 es la enfermedad asociada: corona virus disease 2019). Estudios filogenéticos demostraron que SARS-CoV-2 comparte gran parte de su información genética con CoV proveniente de murciélagos, sin embargo se piensa que hay un huésped intermediario aún no identificado que facilitó la transmisión del murciélago al humano.
¿Cómo afecta al cuerpo humano?
En el ser humano el CoVid-19 encuentra su receptor sobre las células del tracto respiratorio (nasofaringe y pulmón). Una vez dentro de las células, en la mayoría de los casos se desarrolla como un resfriado común, pero las cepas nombradas anteriormente pueden llegar a ser letales y es por esto que ante un nuevo virus se toman extremas precauciones para evaluar la severidad de las infecciones.
Como con otros virus que infectan el tracto respiratorio se cree que el CoVid-19 se transmite mediante los aerosoles que se despiden en estornudos y tos y que mediante estos el contagio es de persona a persona. Datos de la Organización Mundial de la Salud tomados en Wuhan, China (lugar donde se inició el brote) reflejan que el virus tiene un período de incubación (periodo durante el cual la persona está infectada pero no presenta síntomas) de 3 a 7 días durante el cual es altamente contagioso. La proporción personas bajo riesgo de contagio depende del nivel de contacto entre las mismas. Por este motivo la temprana detección y diagnóstico son imperativos para la rápida contención del virus.
Los síntomas que se desarrollan luego del periodo de incubación en la mayoría de los casos son fiebre, tos, dolor de garganta y dificultad al respirar. En los casos más agudos puede causar una neumonía aguda e incluso la muerte. Aunque esto último es más probable en poblaciones mayores de 65 años o con condiciones respiratorias preexistentes.
Detección y diagnóstico
La detección del virus se realiza mediante una técnica llamada en inglés “real-time RT-polymerase chain reaction” (rRT-PCR) este procedimiento lo que hace es detectar la presencia del RNA (la información que contiene el virus) en las gotas de saliva del paciente, y también puede informar a los médicos la carga viral en el paciente, es decir la cantidad de virus presente en las células.
Intervención ¿Proyección a futuro?
Como con toda enfermedad nueva hay tres aspectos a tener en cuenta.
La investigación científica, que brindará información sobre las características del nuevo virus lo cual podrá permitir a los científicos generar vacunas y medicamentos.
Con la tecnología de secuenciación de ADN el Covid-19 ya ha sido secuenciado incluyendo mutaciones que va adquiriendo a medida que se propaga. Científicos de todo el mundo han sumado esfuerzos depositando la secuencia del genoma del Covid-19 en tiempo real a medida que se dispersa en el mundo (por ejemplo aquí nextstrain.org). Esta información es importante para el desarrollo de una vacuna. Las vacunas consisten de una mezcla de virus inactivado o de antígenos virales suspendidos en un líquido adyuvante. Los virus inactivados son partículas virales que han sido tratadas de manera tal que ya no pueden infectar al humano, están “muertos”. Un antígeno viral es un componente del virus, por ejemplo una proteína viral que forma parte de la cápsula del virus. Una vez vacunado el humano monta una respuesta inmune durante la cual el sistema inmune entra en contacto con el virus inactivado, o al antígeno viral, como si fuera el virus real y lo neutraliza. Sin embargo, como no hay virus, no hay enfermedad. Nuestro sistema inmune queda de esta manera armado, con memoria a lo que fue expuesto, y preparado para defenderse inmediatamente al enfrentarse con el virus real. Las vacunas existen desde hace más de 200 años cuando en 1796 Jenner desarrolló la vacuna contra la viruela (causada por el virus Variola). Debido a su desarrollo enfermedades como por ejemplo la poliomielitis, causada por el virus de la polio, han sido prácticamente erradicadas del mundo.
Si bien el conocimiento y la tecnología para desarrollar una vacuna contra el Covid-19 están al alcance de los científicos, el desarrollo de la misma lleva tiempo debido a los múltiples pasos necesarios que incluyen identificación del antígeno o método de inactivación viral que monte la respuesta inmune más fuerte, determinación de la eficiencia de la vacuna (la magnitud de protección contra el virus que provee) lo cual incluye ensayos clínicos primero en animales de laboratorio y después en humanos, y su producción a escala industrial. Se estima que una vacuna para el Covid-19 estará disponible dentro de 1 a 2 años.
Los aspectos clínicos de las personas infectadas para evaluar tiempo de recuperación y la severidad de la enfermedad, así como también la necesidad de hospitalizar al paciente o que transite la enfermedad domiciliariamente.
3.Los datos epidemiológicos que arroja la nueva infección lo cual incluye índices de mortalidad, morbilidad y recuperación, poblaciones de riesgos etc. Para informar a la población y no generar pánico ni respuestas innecesarias.
El objetivo de este artículo es proveer información en lenguaje accesible al público general para aumentar el entendimiento de las causas y consecuencias de la pandemia generada por el CoVid-19.
Dirigir preguntas a: [email protected]
Dra. Guadalupe Martinez
Bióloga – UBA
Virus/host interactions, pathogenesis and novel antiviral strategies Cancer Research Center of Lyon (CRCL), Francia
Inserm 1052 – CNRS 5286
Dr. Mariano Prado Acosta
Biólogo – UBA
Especialista en Microbiologia e Inmunologia
Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Buenos Aires, Argentina
Research Center for Emerging Infections and Zoonoses (RIZ) Hannover, Alemania
Dra. Florencia Caro
Bióloga – UBA
Especialista en Microbiologia
Microbiology Department, Harvard Medical School (HMS)
Boston, EEUU
Dr. Nahuel Schenone
Biólogo – UBA
Especialista en gestión de Biodiversidad
Fundación Bosques Nativos Argentinos para la Biodiversidad
Fuente: https://www.bosques.org.ar/