Cada año, las fuertes lluvias arrastran montañas de desechos plásticos de las calles de Yakarta, y algunos de ellos terminan tan lejos como las playas de Bali. Así que los científicos están recurriendo a los satélites para rastrear la basura y descubrir cómo abordar el problema.
Indonesia permite que ingresen al océano más desechos que cualquier otro país aparte de China.
El archipiélago de casi 270 millones de personas vierte 620.000 toneladas de plástico en sus vías fluviales al año, una cifra que el gobierno dice que quiere reducir en dos tercios en los próximos cinco años.
Los científicos esperan que seguir el movimiento de los desechos les ayude a comprender el alcance total del problema y a decidir la mejor manera de recolectarlo en función de los patrones de corrientes estacionales, de viento y de agua.
El proyecto respaldado por el Banco Mundial es una colaboración entre un equipo del Ministerio de Asuntos Marítimos de Indonesia y CLS, una subsidiaria de la agencia espacial de Francia.
Es una indicación de la importancia global del problema: hoy en día, se estima que hay 150 millones de toneladas de plástico circulando en los océanos del mundo, y cada minuto se tiran más, según Ocean Conservancy, con sede en EE. UU.
‘Todavía en el océano’
Desde febrero, el equipo ha desplegado balizas satelitales en las desembocaduras de los ríos alrededor de Yakarta, Bandung en Java Central y Palembang en la isla de Sumatra.
“Hoy lanzamos balizas GPS para saber cómo llegan los desechos plásticos al mar”, dice el gerente de rastreo de CLS, Ery Ragaputra, mientras arroja un dispositivo amarillo envuelto en una cubierta impermeable al río Cisadane, que desemboca en el mar de Java cerca de Jacarta.
“Estos rastreadores seguirán dónde se acumula la basura y dónde aterriza”.
Los datos recopilados por las balizas, que tienen una duración de batería de un año, se transmiten cada hora a un satélite que envía la información a la sede de CLS en Francia y luego a las pantallas del Ministerio de Asuntos Marítimos de Indonesia.
Las cifras iniciales son prometedoras, dijeron los investigadores.
“El noventa por ciento de las balizas que hemos lanzado están varadas después de unas horas o unos días, lo que es una noticia relativamente buena, ya que facilita a las autoridades indonesias la recolección (de basura)”, dijo Jean-Baptiste Voisin, director de Filial local de CLS.
“(Pero) algunos desechos liberados hace seis meses todavía están a la deriva, por lo que los desechos todavía están en el océano”, agregó.
Entre las balizas lanzadas cerca de Yakarta, algunas han viajado 1.100 kilómetros (680 millas) al este hasta la isla turística de Bali, mientras que otras desde la segunda ciudad más grande de Indonesia, Surabaya, han flotado hasta los frágiles manglares en el extremo occidental de Sumatra.
El objetivo es lanzar hasta 70 balizas a finales del próximo año.
Amenaza migratoria
La limpieza de las aguas de Indonesia es un desafío inmenso y estos esfuerzos pueden tardar años en dar sus frutos.
Si bien la capital, Yakarta, ha prohibido los plásticos de un solo uso, la conciencia pública sigue siendo baja y el reciclaje de residuos está en su infancia. Los ríos de la vasta ciudad son una monstruosidad ahogada por los desechos.
Las autoridades esperan que al identificar la deriva de plástico y cómo se acumula, podrán recolectarlo de manera más eficiente, por ejemplo, desplegando botes en sitios clave de basura o equipando los lugares con trampas de recolección de desechos.
Creen que también significará que pueden anticipar mejor su impacto en el medio ambiente.
Existe preocupación por el impacto de la ingestión de microplásticos en la salud humana; y los desechos plásticos son una amenaza para cientos de especies marinas y aves.
Un cachalote fue encontrado muerto en Indonesia hace dos años con unos 115 vasos de plástico y 25 bolsas de plástico en su estómago, entre los casi seis kilogramos (13 libras) de basura plástica descubiertos en su carcasa.
Y el plástico cerca de Bali es un alto riesgo para las tortugas que migran a través del mar de Java a la isla, dijo Aulia Riza Farhan, subdirectora de vigilancia y operaciones de flota del ministerio marítimo.
“Lo más importante es saber cuándo los desechos marinos entran en contacto con la migración de animales marinos como tortugas y ballenas”, agregó.