África: asesinan a 13 trabajadores de un parque nacional en la República Democrática del Congo

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Brasil, Colombia, Indonesia, República Democrática del Congo y Bolivia hacen parte del listado de la infamia de la deforestación a nivel mundial. Según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), estos cinco países son los que registran la mayor pérdida de bosque en todo el planeta, un flagelo que está mermando a paso acelerado las zonas boscosas tropicales.

Los defensores del verde han sido amenazados y amedrentados por las mafias que gobiernan los territorios selváticos. Este año, los guardabosques de cinco áreas protegidas en Colombia recibieron el ultimátum de abandonar su lucha ambiental en zonas de altísima importancia ecosistémica en la Amazonia, como lo son Chiribiquete, Cahuinarí, Yaigojé Apaporis, La Paya y Puré.

El 24 de abril, en horas de la mañana, 13 trabajadores del Parque Nacional Virunga, ubicado en la República Democrática del Congo, fueron silenciados por las balas de un grupo armado, un listado que incluye a 12 guardabosques y un conductor. Otros tres rangers o guardabosques están gravemente heridos y uno permanece en estado crítico. Además, cuatro personas que no hacían parte del parque fueron asesinadas y dos están heridas.

Según las investigaciones preliminares del Parque Nacional Virunga, los trabajadores estaban regresando a su cuartel general cuando se encontraron con un vehículo civil que había sido atacado y que posteriormente sufrió una emboscada violenta y sostenida. “Podemos confirmar que los autores de este ataque fueron el grupo armado FDLR-FOCA (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda)”, informó el parque.

El nefasto ataque se presentó cerca del pueblo Rumangabo, en la Ruta Nacional 2 . “Todo indica que se trató de un ataque contra la población civil local. Los guardabosques de Virunga no fueron blanco del asalto, pero perdieron la vida respondiendo al ataque en defensa de la población local. Este es un día devastador para el parque nacional y las comunidades circundantes”.

En un comunicado, el parque afirma que todos los que perdieron la vida, con edades que oscilan entre los 23 y 40 años, dejan atrás familias, colegas, padres y amigos en duelo. “Los vigilantes del Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza son agentes del Estado responsables de la aplicación de la ley de conservación de la naturaleza. No tienen estatus militar y sus acciones no están bajo la ley del conflicto. El Instituto no escatimará en esfuerzos para llevar ante la justicia a los autores de este vil ataque”.

Esta es una de las peores masacres en la historia reciente del parque, creado en 1925 y que cuenta con una extensión de 7.800 kilómetros cuadrados de área. La reserva natural está ubicada en el este de la República Independiente del Congo y se extiende desde las montañas de Virunga en el sur hasta las montañas de Rwenzori en el norte, bordeando varios volcanes.

Las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda son uno de los mayores grupos armados extranjeros en el Congo. Según un artículo del New York Times, las filas de este grupo incluyen miembros acusados de tener vínculos con el genocidio de 1994 en Ruanda. 

Virunga fue el primer parque nacional de África que fue declarado en 1979 por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. “En los últimos años, la caza furtiva y la Guerra Civil del Congo han dañado gravemente a su población de vida silvestre”.

El parque es administrado por autoridades de la reserva, el Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza y su socio, la Fundación Virunga. Desde el 23 de marzo, Virunga cerró temporalmente sus puertas por el nuevo coronavirus.

Orfanato en riesgo

Los niños de la Fondazione Cariello Corbino, un orfanato ubicado a pocos metros del lugar de la masacre en el Parque Nacional Virunga, esucharon las balas que silenciaron a los guardabosques de la reserva natural.

“Es la primera vez que pasa algo así tan cerca al cuartel general del Parque, a pocos metros del orfanato. Los niños se metieron debajo de las camas por miedo” le dijo a Semana Sostenible Alberto Corbino, presidente de la fundación.

El día de la masacre fue realmente trágico. Un par de horas después de la muerte de los guardaparques una bebé que vivía en el orfanato, de ocho meses de edad y que tenía un problema congénito en el corazón, falleció en el hospital a donde la trasladaron para intentar salvarle la vida.

Los trabajadores y niños del orfanato se sienten amenezados por la presencia de estos grupos armados ilegales. “Ese grupo de guerrilleros está a 40 kilómetros de la zona, pero tenemos miedo de que lleguen al orfanato. Acá tenemos animales, comida y la mayoría son niñas, lo que incrementa esa posibilidad. Yo conocí a muchos de los guardabosques que fallecieron. Ellos eran quienes nos prestaban apoyo y protección”, indicó Corbino.

El presidente de la Fundación que maneja el orfanato dijo que el atentado en el parque es atípico. “En esta área no teníamos problemas de guerrilla. Por eso nos pareció muy extraño. Necesitamos apoyo de las Naciones Unidas y Ejército”.

Para Corbino, el conflicto armado en Congo tiene como fin de explotar recursos naturales como diamantes, oro, coltán y petroleo. “Por eso quieren controlar el territorio. Cada grupo puede explotar una mina y hacer contrabando con los materiales. Pero en las zonas del parque no lo pueden hacer. En Colombia ese conflicto es un tema político, pero acá es una excusa para hacer la explotación”, explicó.

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