Por el calentamiento global y el crecimiento de las zonas urbanas, en varios lugares del mundo se está fomentando la construcción de “terrazas verdes”, la colocación de pasto y plantas en el techo de los edificios para compensar la falta de espacio verde en las ciudades. Ahora Buenos Aires también se sumará a la tendencia: los consorcios y constructores que armen terrazas verdes tendrán una quita de hasta el 20% en impuestos.
La semana pasada, el Ejecutivo promulgó una ley sancionada en diciembre por la Legislatura. Se trata de una iniciativa que había sido presentada por el fallecido legislador macrista Gerardo Ingaramo, luego retomada por Fernando de Andreis, presidente del bloque de PRO. Aunque fue llevada adelante por el oficialismo, cosechó un gran apoyo en la Legislatura, ya que la votaron 56 de los 60 diputados.
Los consorcios que armen una terraza verde podrán pedir que el Gobierno les haga un descuento en el ABL que pagan por los espacios comunes, no el de cada departamento. Esa quita se calculará con un coeficiente que considerará qué cantidad de m2 verdes se pondrán en la terraza respecto de la superficie total. En cualquier caso, la quita en la tasa no superará el 20%. Para poder pedir estos beneficios hay que esperar que el Ejecutivo reglamente la ley, lo que aún no tiene fecha aunque estiman que será pronto.
A su vez, los constructores que hagan un edificio nuevo y contemplen una terraza verde podrán obtener una quita de hasta el 20% en los Derechos de Delineación y Construcción. Y luego, cuando la terraza ya esté habilitada, también podrán pedir la rebaja en el ABL.
La política podría incluso ser más amplia en los próximos meses. “En marzo enviaremos a la Legislatura un proyecto de ley para que la construcción de terrazas verdes sea obligatoria en todos los edificios que se hagan a futuro en los barrios que tengan más densidad de población”, aseguró Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano de la Ciudad.
Además, las terrazas verdes se irán sumando a los edificios públicos. Las harán en el Teatro San Martín cuando comience su reforma integral, también en el futuro Centro Cívico en Barracas. Y ya las están colocando en las escuelas María Claudia Falcone (Malabia 2148), Infantil N° 6 (Blanco Encalada 3479), Juan XXIII (Mariano Acosta 2936), a las que les están arreglando los edificios.
La primera terraza verde de la Ciudad la tiene la escuela French y Berutti, de Basavilbaso 1295, Retiro. Fue montada en 2010, y tiene 236 m2. Desde entonces, se sumaron algunos edificios privados.
Las terrazas verdes tienen múltiples ventajas: mejoran el rendimiento térmico de los edificios y prolongan la vida útil de los techos, reducen los niveles de dióxido de carbono de la atmósfera y aumentan los niveles de oxígeno, filtran el polvo que flota en el aire y también mejoran el escurrimiento del agua de lluvia, lo que además contribuye a evitar inundaciones.
Aunque es necesario contratar a un profesional para armarlas, a grandes rasgos las terrazas verdes se instalan colocando en el suelo de la terraza primero una membrana aislante que impide la filtración de agua, para luego poner sobre ella leca, tierra, el pasto y las plantas, además de construir un sistema de desagüe y eventualmente de riego. El costo ronda los $ 2.000 por m2 (ver La construcción…).
Las terrazas verdes son una tendencia mundial. En Alemania ya hay 15 millones de m2 verdes. En Gran Bretaña se suman 300.000 m2 al año, y en los Estados Unidos más de 230.000 m2 cada 12 meses . Además, Tokio tiene desde 2001 una ley que obliga a los edificios nuevos o reconstruidos a cubrir por lo menos el 20% de sus terrazas con plantas.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que las ciudades tengan un mínimo de 10 m2 de espacios verdes por habitante en promedio. Es una de las grandes deudas de Buenos Aires, que no llega a 3 m2, y que además tiene una distribución muy despareja de parques y plazas, con barrios enteros en los que casi no hay espacios verdes.