El Ayuntamiento de Madrid activó por primera vez las restricciones al tráfico establecidas en el protocolo contra la contaminación aprobado el pasado mes de marzo, por lo que la velocidad máxima de la M-30 y otros accesos a la ciudad pasan de 90 a 70 kilómetros por hora.
Un portavoz del Gobierno municipal anunció la puesta en marcha de estas medidas tras encadenarse dos jornadas con altos niveles de concentración de dióxido de nitrógeno, un gas tóxico causado por los vehículos de gasóleo que irrita las vías respiratorias.
El Gobierno de la ciudad estableció las restricciones después de que once estaciones de la ciudad superaran el nivel de los 200 microgramos por metro cúbico, que obliga a informar a la población de la deficiente calidad del aire.
El decreto ordena reducir la velocidad máxima en la vía de circunvalación M-30 y en los tramos de las carreteras de acceso a Madrid comprendidas en el interior de la M-40 de 90 a 70 kilómetros por hora. Si el episodio de contaminación se mantiene en el tiempo, la administración municipal podría aplicar medidas progresivas más restrictivas del tráfico.