La aerolÃnea de bandera de Japón, Japan Airlines, ha puesto en marcha una prueba de un año de duración de un servicio que permite a los viajeros reservar un conjunto de ropa —que abarca diferentes estilos y temporadas— y recibirlo en el hotel a la llegada, evitando la necesidad de una valija. Al final de la estancia, la ropa se devuelve, se lava y se vuelve a introducir en el sistema.
Denominado “Any Wear, Anywhere”, el servicio estará operativo hasta finales de agosto de 2024 y Japan Airlines afirma que podrÃa reducir las emisiones de carbono al disminuir el peso transportado por sus aviones.
“Any Wear, Anywhere” calcula que ahorrar unos 10 kg de equipaje equivale a un ahorro de unos 7,5 kg en emisiones, el equivalente a encender un secador de pelo 10 minutos al dÃa durante 78 dÃas.
“Me encanta viajar y he estado en muchos paÃses extranjeros, pero siempre me ha dado pavor ir arrastrando el equipaje o hacer la colada en el extranjero”, dice Miho Moriya, que tuvo la idea y gestiona “Any Wear, Anywhere” para Sumitomo, la empresa japonesa que se encarga de las reservas, las entregas y el lavado de la ropa.
“Cuando viajo, las tres cosas más importantes para mà son el alojamiento, la comida y la ropa”, añade. “Cuando viajamos al extranjero, hay hoteles y restaurantes que proporcionan alojamiento y comida in situ, pero no ropa. ¿Por qué tenemos que traernos la ropa de casa?”.
Ropa para todas las estaciones
Moriya presentó la idea del servicio a través de un reto empresarial interno de su empresa, y cuenta que una vez aprobada, tras un retraso debido a la pandemia, le costó “muchos intentos” encontrar una aerolÃnea dispuesta a apoyarla.
Los usuarios del servicio se conectan a la web y eligen entre varias opciones: ropa de mujer o de hombre, para qué temporada; estilo elegante o informal; número de prendas superiores e inferiores; y fechas de recogida y devolución. Sus selecciones les estarán esperando en el hotel, por precios que oscilan entre US$ 34 y 48 por todo el periodo de alquiler.
Todas las prendas son de segunda mano o proceden de excedentes de la empresa, aunque los usuarios no pueden ver esta información sobre su selección. El servicio lleva funcionando desde principios de julio, y Moriya afirma que la respuesta ha sido abrumadoramente positiva. “Tenemos solicitudes de todo el mundo y de más de 115 paÃses en total, a pesar de que no estamos haciendo ningún tipo de promoción”, afirma, y añade que Estados Unidos y Australia son los paÃses con mayor número de usuarios.
El verdadero impacto de la prueba solo se conocerá al final, cuando Japan Airlines contabilice el ahorro de peso y calcule la reducción exacta de emisiones. “Tenemos que ver los resultados finales antes de poder decir si este servicio es sostenible o no”, dice Moriya, añadiendo que los cálculos tendrán en cuenta las emisiones producidas por las entregas de la ropa y el lavado.
¿Menos peso, menos emisiones?
La reducción de peso es una forma probada de ahorrar combustible y reducir las emisiones, y los fabricantes de aviones y las aerolÃneas la tienen en cuenta desde hace tiempo, por ejemplo diseñando asientos más ligeros para los pasajeros o sustituyendo los pesados manuales de papel por tabletas. Incluso los pequeños cambios pueden tener un gran impacto: cuando Qantas rediseñó su vajilla para primera clase y clase business para que fuera solo un 11% más ligera, la compañÃa dice que empezó a ahorrar 535 toneladas métricas de combustible al año.
Sin embargo, Japan Airlines debe poder constatar una reducción estadÃsticamente significativa del peso del equipaje, afirma Gary Crichlow, analista de aviación de la consultora AviationValues. “Si determinan que los pasajeros viajan efectivamente con menos equipaje”, añade, “deben determinar a continuación si existe una relación causal con la iniciativa”.
Una vez demostrado eso, el reto serÃa asegurarse de que el menor peso se traduce realmente en un menor consumo de combustible. “Lo que importa desde el punto de vista de las emisiones es cuánto combustible se quema al izar el peso total del avión en el aire y mantenerlo allà hasta que aterriza en Japón”, afirma.
“No importa si el peso procede de los pasajeros, las maletas, la carga, la tripulación o el catering. Como los bienes inmuebles de los aviones son muy valiosos, siempre habrá un incentivo económico para compensar la reducción del peso del equipaje de los pasajeros con una carga adicional que genere ingresos. Esto no tiene por qué ser malo desde un punto de vista holÃstico, si se traduce en el uso más eficiente de la capacidad de carga del avión. Pero parece ir en contra del objetivo declarado de la iniciativa. Por lo tanto, la transparencia en cuanto al peso real ahorrado por vuelo (si lo hay), y el consumo de combustible reducido como resultado, será clave”.
Nina Gbor, experta en moda sostenible y educadora, cree que el proyecto es un paso positivo. “A menudo la gente compra ropa nueva solo para sus vacaciones y viajes de negocios, asà que este servicio reducirá estos residuos innecesarios de ropa y los recursos vÃrgenes utilizados en la fabricación de ropa nueva. También se aprovecha el exceso de existencias y la ropa de segunda mano que normalmente habrÃa ido a parar al vertedero o a la incineradora”, dice.
Y agrega: “Prolongar la vida útil de la ropa solo nueve meses más de uso activo reduce las huellas de carbono, agua y residuos en torno a un 20-30% cada una”.
Gbor cree que la iniciativa deberÃa ser adoptada por más aerolÃneas. “Con la previsión de que los vuelos mundiales alcancen los 32,4 millones de pasajeros en 2023, el modelo de alquiler de ropa deberÃa ser replicado por otras aerolÃneas de todo el mundo si se toman en serio el apoyo a la economÃa circular y la consecución de los objetivos de sostenibilidad”, afirma.
Moriya comparte esta ambición y espera ampliar la asociación con Japan Airlines a otros miembros de la alianza OneWorld, que incluye a American Airlines, British Airways y Qantas, y después a otras alianzas. “Nuestro objetivo final es ampliar el servicio a todo el mundo”, afirma.
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