México crea el parque natural con más pitayas del mundo

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El Pitayal, nombre local con el que sus habitantes reconocen al ecosistema de matorral espinoso costero donde habita la cactácea conocida como pitayas, llamada por la ciencia como Stenocereus thurberi, se extiende por más de 73 000 hectáreas.

Esta especie de cactus columnar endémico de Norteamérica se distribuye en el desierto sonorense, desde el sur de Arizona, en Estados Unidos, hasta una parte de Baja California, Sonora y Sinaloa, en México. Hoy esta planta se encuentra amenazada por los desmontes de la agricultura extensiva en la región.

En Sonora, su presencia abarca tres municipios: Huatabampo, Navojoa y Álamos, ubicados en la zona sur del estado, y juntos constituyen el único sitio en el mundo donde puede encontrarse un bosque de pitaya de estas dimensiones.

Por ello especialistas, organizaciones no gubernamentales, comunidades indígenas y locales impulsan que esta área sea declarada como reserva para proteger a uno de los últimos remanentes de este ecosistema.

Actividades que lo amenazan

“Actualmente hay muchas actividades que lo amenazan, como la agricultura de gran impacto, que deforesta completamente. Se tira todo el matorral, cactáceas, pitayas y todo tipo de plantas.

Es una de las actividades más fuertes que están operando en esta zona y es por eso que estamos trabajando en protegerla”, explica Díaz, técnico operativo de Naturaleza y Cultura Internacional (NCI) en la región Sierra Madre, organización que acompaña a gobiernos y comunidades locales con estudios técnicos y legales para guiar el proceso de declaración de nuevas áreas naturales protegidas.

Reserva Estatal El Pitayal

La Reserva Estatal El Pitayal pretende decretarse, en colaboración con el gobierno del estado de Sonora, a inicios de 2024. Su objetivo es resguardar a estas cactáceas y a las especies de flora y fauna que dependen de ellas. En 2010, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) enlistó a la pitaya como una especie de Menor preocupación, pero con una población en descenso.

La Estación de Campo Navopatia —organización con la que NCI colabora para monitorear la zona y que es aliada en el establecimiento de la reserva— estima que se ha perdido, cuando menos, el 40 % de la extensión del pitayal a lo largo del último siglo.

La vida en el pitayal

La pitaya es una planta suculenta perteneciente a la familia de las cactáceas, grupo muy diverso en el país. El nombre común con el que se le conoce localmente es pitaya, pitaya dulce o pitaya marismeña.

Su altura puede alcanzar los ocho metros y su coloración varía en tonalidades verdes no muy llamativas, sino un poco más oscuras. Las costillas de sus brazos —que no son muy anchos— están cubiertas de espinas.

Una característica particular es que el crecimiento de sus brazos ocurre desde la base, casi pegados al suelo.

No tiene un tallo principal como el cardón (Pachycereus pringlei) o el sahuaro (Carnegiea gigantea), de donde empiezan a emerger los otros brazos. Tiene la forma de un candelabro al revés.

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