La Organización de Naciones Unidas ha expresado su ‘seria preocupación’ por el tráfico ilícito de fauna y flora silvestres, así como sus productos derivados e insta a los Estados Miembro a adoptar medidas necesarias para evitarlo, al tiempo que reconoce ‘el marco jurídico’ y el ‘importante papel’ de CITES como ‘primer mecanismo principal’ mundial para regular el comercio internacional de especies.
Así lo ha expresado la septuagésimo primera Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en una resolución aprobada en materia de lucha contra el tráfico ilícito de fauna y flora silvestres.
La Convención sobre el Comercio Ilegal de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres ha aplaudido las nuevas y ‘poderosas’ resoluciones de la ONU para combatir el tráfico ilegal de especies aprobada en la 71 sesión de la Asamblea General de la ONU y destaca que esta resolución será ‘de gran alcance’.
Las medidas de la resolución han sido adoptadas por los 193 Estados Miembro de Naciones Unidas en la sesión final de la Asamblea General y según CITES, esta política reforzará el objetivo de las áreas clave en la lucha contra el tráfico ilegal de vida salvaje, incluido un refuerzo de las legislaciones nacionales, el apoyo al desarrollo sostenible de las comunidades, el refuerzo de las leyes, acometer la corrupción, el desarrollo de tecnologías de la información, entre otras.
La Asamblea General manifiesta su preocupación por la creciente magnitud de la caza furtiva y el comercio ilícito de fauna y flora silvestres y de los productos derivados de estas, por sus efectos económicos, sociales y ambientales adversos, como por ejemplo su vinculación con otros delitos y preocupaciones como el tráfico de armas o la delincuencia y ciberdelincuencia a nivel global.
En ese contexto, la ONU reconoce que este tráfico ilegal contribuye a deteriorar los ecosistemas y los medios de vida rurales, incluidos los basados en ecoturismo y que socava la buena gobernanza y el estado de derecho y, en algunos casos constituye una ‘amenaza’ para la estabilidad nacional.
Al mismo tiempo considera que proteger la fauna y flora silvestres forma parte de ‘un enfoque amplio’ para erradicar la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible, incluida la conservación de la diversidad biológica, el crecimiento económico, el bienestar social y los medios de vida sostenibles.