Un grupo de 58 personas llegó al Congreso de Perú, en Lima, y completó la ‘Marcha del Sacrificio’, una peregrinación de más de 300 kilómetros desde la provincia andina de Pasco para denunciar la contaminación de metales pesados en el medioambiente y en los organismos de sus habitantes por la actividad minera.
Un centenar de personas acompañó a los peregrinos, que realizaron su tramo final tras quince días de caminatas para completar a pie la distancia que separa Lima de Cerro de Pasco, la capital de Pasco, situada a 4.380 metros de altura y construida alrededor de un mina de tajo abierto.
Entre los manifestantes que completaron el trayecto se encontraba una niña postrada en una silla de ruedas a causa presuntamente de los efectos de la contaminación en su organismo.