Las plantas están experimentando “niveles sin precedentes” de daños causados por los insectos, a pesar la disminución generaliza de estos, según un estudio que apunta a la actividad humana como posible explicación.
Dirigidos por la Universidad de Wyoming, Estados Unidos, los investigadores publican sus conclusiones en la revista PNAS, en un artículo en el que comparan los daños en las plantas de la época moderna con los de las hojas fósiles del Cretácico Superior, hace casi 67 millones de años.
En concreto, los autores confrontaron 64 conjuntos de hojas fósiles que abarcan desde el Cretácico Superior hasta la época del Pleistoceno, hace unos 2 millones de años, con hojas modernas recogidas en tres lugares de Estados Unidos y Costa Rica datados desde 1955 hasta la actualidad.
Daños por insectos modernos, aproximadamente el doble
Según las observaciones, en estas últimas todos los tipos de daños se habían incrementado en comparación con las del registro fósil, señala una nota de la universidad: “la diferencia en el daño causado por los insectos entre la era moderna y el registro fósil es sorprendente”, resume la investigadora principal Lauren Azevedo-Schmidt.
La fracción total de hojas con daños por insectos en las muestras modernas era aproximadamente el doble de la media de cualquiera de los conjuntos fósiles.
“Nuestros resultados demuestran que las plantas de la era moderna están experimentando niveles sin precedentes de daños causados por insectos, a pesar de la disminución generalizada de estos”, concluyen los científicos, que sugieren que esta disparidad puede explicarse por la actividad humana.
CLIMA, URBANIZACIÓN Y ESPECIES INVASORAS
Si bien es necesario seguir investigando para determinar las causas precisas de este aumento de daños, los autores apuntan que el calentamiento del clima (que influye en la alimentación de los insectos y en el calendario de los procesos del ciclo vital), la urbanización y la introducción de especies invasoras “han tenido probablemente un impacto importante”.
Por tanto, el cambio climático no explica totalmente el aumento de los daños causados por los insectos: “la fuerza de la influencia humana en las interacciones entre plantas e insectos no está controlada únicamente por el cambio climático, sino más bien por la forma en que los humanos interactúan con el paisaje terrestre”.
“Nuestra hipótesis es que los seres humanos han influido en la frecuencia y la diversidad de los daños causados por los insectos en los bosques modernos y que el mayor impacto humano se produjo después de la Revolución Industrial”, sostienen los autores.