Impacto climático del cemento: un ingrediente común en la gastronomía podría ser clave para reducirlo

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Impacto climático del cemento: un ingrediente común en la gastronomía podría ser clave para reducirlo. Parece que añadiendo un popular ingrediente de horneado, éste puede ser mucho más respetuoso con el medio ambiente.

El ingrediente principal para su creación es el cemento, como bien sabrás, que está compuesto de uno de los más populares elementos de la tabla periódica, el calcio. 

La popularización de los programas de cocina ha hecho mucho daño a nuestra sociedad, esto es una ironía obviamente, y es que un reciente estudio publicado en la revista científica PNAS Nexus nos muestra cómo uno de los materiales más utilizados en el mundo puede ser mejorado para combatir uno de sus grandes problemas. Estamos convencidos de que en más de una ocasión has visto como algunos camiones en las construcciones descargan hormigón, ¿verdad?.

Impacto climático del cemento: no digas hormigón, di cemento mezclado con polvo de hornear

La investigación llevada a cabo por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha demostrado que la introducción de bicarbonato de sodio en la mezcla del cemento puede ayudar a nuestro planeta. Pero para entender este extremo, tenemos que rebobinar y conocer como es que el cemento, utilizado en construcciones en todo el mundo y uno de los materiales que suele utilizarse con taladros en tareas de bricolaje, puede ser tan dañino.

En primer lugar, debes saber que el cemento se compone de varios elementos, como arena, piedra o caliza, y que para que obtenga su aspecto final, éste debe ser calentado a altas temperaturas. Y es que para que la mezcla de minerales alcance las propiedades deseadas para la industria de la construcción, ésta debe llegar a temperaturas que rondan los 1.400ºC. En el proceso de calentamiento, debido a las reacciones químicas que se producen, una gran cantidad de dióxido de carbono es liberado. La cifra es escalofriante. Por cada 450 gramos de cemento que se fabrica, 420 gramos de dióxido de carbono que se libera.

Ese mismo dióxido de carbono acabará reaccionando con la cal integrada en el cemento, algo que puede debilitar la estructura del mismo, sobre todo del hormigón que ha sido curado para ser más resistente. Para acabar con este problema, los investigadores del MIT han integrado bicarbonato de sodio, también conocido como polvo de hornear, en la mezcla. El nuevo compuesto se asienta mucho más rápido y lo que es más importante ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Admir Masic, autor de estudio, afirma que:

Nuestro nuevo descubrimiento podría ser combinado con otras recientes innovaciones en el desarrollo de mezclas de cemento de baja huella de carbono para proporcionar materiales de construcción más limpios, incluso con emisiones negativas de carbono, convirtiendo el cemento de un problema a parte de la solución.

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