La madera es uno de los materiales más versátiles y útiles del mundo. El problema, por supuesto, es que nuestra insaciable necesidad de madera está impulsando la deforestación y una vez que se corta un árbol, otro podría tardar décadas en crecer en su lugar.
Pero, ¿y si pudiéramos cultivar productos de madera en un laboratorio? O como dice Luis Fernando Velásquez-García, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts: “Si quieres una mesa, entonces debes cultivar una mesa”.
Los investigadores del MIT tuvieron la idea de cultivar objetos de madera en el laboratorio gracias a los esfuerzos continuos para cultivar carne en el laboratorio en lugar de criar animales y matarlos. Aunque todavía es temprano para su proyecto, los científicos han logrado cultivar estructuras hechas de células parecidas a la madera a partir de células extraídas de las hojas, informan en un nuevo estudio .
“Quería encontrar una forma más eficiente de utilizar la tierra y los recursos para que pudiéramos dejar más áreas cultivables que permanezcan silvestres, o para mantener una menor producción pero permitir una mayor biodiversidad”, explica Ashley Beckwith, estudiante de doctorado en ingeniería mecánica en el MIT, quien es una parte clave del proyecto.
Beckwith y sus colegas extrajeron células vivas de una planta de zinnia y comenzaron a cultivar tejido vegetal similar a la madera en interiores sin suelo ni luz solar cultivando las células en un medio de crecimiento líquido, lo que le permitió metabolizar y crecer. Luego transfirieron las células a un gel y las afinaron, dice Velásquez-García. “Las células vegetales son similares a las células madre en el sentido de que pueden convertirse en cualquier cosa si se las induce a hacerlo”, explica.
Al final, los científicos lograron convertir las células en una estructura similar a la madera con una mezcla de dos hormonas llamadas auxina y citoquinina, cuyo uso les permitió controlar la producción celular del polímero orgánico lignina, responsable de la firmeza en madera.
Al ajustar la firmeza de la madera cultivada en laboratorio, los científicos pronto podrían producir objetos listos para usar con la ayuda de impresoras 3D. “La idea no es solo adaptar las propiedades del material, sino también adaptar la forma desde la concepción”, dice Velásquez-García. Cree que algún día incluso podríamos cultivar una mesa en el laboratorio.
Sin embargo, queda por ver cuándo sucederá. “La pregunta es si la tecnología puede escalar y ser competitiva en términos económicos o de ciclo de vida”, dice David Stern, biólogo de plantas de la Universidad de Cornell que no participó en el proyecto.
Todavía es mucho más barato talar un árbol y hacer una mesa con él que cultivar una mesa completamente formada en el laboratorio. “La agricultura utiliza la energía del sol a través de la fotosíntesis y, excepto en las tierras de regadío, la lluvia natural. No requiere edificios, calor ni luz artificial”, advierte Stern.
Sin embargo, los avances tecnológicos y el ajuste fino de la escalabilidad podrían marcar el comienzo de una era de productos de madera cultivados en laboratorio, creen los investigadores del MIT.