Anpier, la asociación nacional de productores de energía fotovoltaica, considera vergonzante la imagen internacional de las energías renovables “Marca España” y considera contraproducente que se pretenda vender el potencial productivo de nuestro país poniendo como ejemplo a un sector en el que, contando con grandes ventajas competitivas, se ha desmantelado todo su potencial y traicionado la confianza de los inversores, una realidad más conocida fuera de nuestras fronteras que dentro de ellas.
España, uno de los países desarrollados con mayor potencial para la generación de energías renovables, en especial fotovoltaica, está marginando estas tecnologías sostenibles y responsables en favor de aquellas que están en manos de las grandes eléctricas, contaminantes y peligrosas, lo que explicaría que, a pesar de soportar una de las facturas más caras del mundo, los españoles tengamos acumulado un supuesto déficit de tarifa, superior a los 30.000 millones de Euros, frente a un oligopolio de empresas cuyo margen de beneficios dobla al del resto de operadores europeos del sector.
Alemania, con la menos de la mitad de horas de sol que España, ha invertido en 2012 en fotovoltaica más que España en toda su historia. Los alemanes cuentan en la actualidad con 32.698 MW frente a los 4.516 MW instalados en España. El pasado año los alemanes instalaron 7.604 MW frente a los 194 MW que se colocaron en nuestro país. Las empresas alemanas ven en la fotovoltaica la gran solución a los problemas energéticos y dentro de 8 años no se producirá ni un solo Kwh nuclear en suelo alemán.
En unos meses se conocerá el laudo arbitral del litigio presentado en Ginebra por 14 fondos internacionales contra el Reino de España por el recorte retroactivo de las primas fotovoltaicas, y que según los analistas será favorable a estos fondos, que tendrán que ser indemnizados por el Estado español. Los recortes retroactivos practicados por el Estado sobre las inversiones en energías renovables han cuestionado gravemente la seguridad jurídica de España y lastrado la inversión en sectores regulados, como han manifestado públicamente los más importantes fondos internacionales de inversión.
La UE ha expresado su desacuerdo con la retroactividad que sufre el sector renovable español y ha señalado al exceso de retribución de las grandes eléctricas como la causante del déficit de tarifa. Sin embargo, las renovables, son el “chivo expiatorio” de todos los males, utilizando como argumento el incremento de primas, que en realidad es fruto de la configuración equivocada del sistema, que las remunera como coste regulado en lugar de como coste de producción, lo que genera la “ilusión” de que las primas crezcan, cuando los productores reciben, en realidad, una remuneración fija que ha sido recortada hasta en un 40%.