Más del 50% de la población argentina vive y trabaja en ciudades, que hoy representan más del 80% del consumo energético del país. Particularmente, los edificios son responsables de más del 30 % de ese consumo y es allí donde existen las mayores oportunidades de ahorro y por qué no, de producción de energía utilizando paneles fotovoltaicos para electricidad, sistemas termosolares para climatización del agua y hasta aerogeneradores de baja potencia.
La Ley 27.191 de Fomento para el Uso de Fuentes Energéticas Renovables establece que, para fines de este año, un 8% del consumo eléctrico nacional deberá provenir de fuentes limpias, para alcanzar el 20% en 2025.
La normativa obliga a los grandes consumidores (más de 300 kw de potencia), a proveerse de un 8% de renovables para fines de este año. En esta categoría están incluidos desde plantas industriales hasta instalaciones comerciales (supermercados, shoppings) y edificios corporativos con más de 20 pisos, que son considerados ‘gume’ (grandes usuarios menores).
Esto pueden lograrlo de dos maneras: generando energía para su autoconsumo o para volcarla a la red (algo que no todas las provincias contemplan), o comprando esa proporción de energía limpia al distribuidor mayorista.