Geoffrey Ellis, del Servicio Geológico de Estados Unidos, reveló durante una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Denver que hay reservas de hasta 5,5 billones de toneladas de hidrógeno almacenadas en depósitos subterráneos alrededor del mundo. Según él, esta cantidad sería suficiente para satisfacer las necesidades de la civilización durante cientos de años.
El hidrógeno se presenta como una solución clave para abordar la crisis energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque su producción artificial genera emisiones dañinas para el medio ambiente, en los últimos años los geólogos han descubierto reservas naturales de hidrógeno en diversas ubicaciones del planeta.
Recientemente, se encontró que la mina de cromita de Bulqizë en Albania puede producir más de 200 toneladas de hidrógeno al año.
La explotación del hidrógeno natural, conocido como «hidrógeno geológico» o «hidrógeno dorado», podría ser la forma más limpia y económica de obtener este recurso. En este sentido, Ellis advierte sobre una posible «fiebre del hidrógeno dorado», anticipando un interés creciente en esta fuente.
Aunque Ellis está trabajando en un estudio aún no publicado que detalla sus sorprendentes hallazgos, reconoce que acceder a este valioso gas puede no ser sencillo. Sin embargo, señala que un pequeño porcentaje de recuperación podría satisfacer toda la demanda prevista (500 millones de toneladas al año) durante cientos de años.
Ellis explica que las reservas de hidrógeno son excepcionales y podrían haberse formado por la interacción de minerales ricos en hierro con el agua subterránea. Aunque en algunos casos el hidrógeno puede estar mezclado con otros gases como el metano, cuya separación es necesaria, su extracción plantea desafíos debido a la liberación de metano a la atmósfera.
A pesar de esto, el científico sugiere que el hidrógeno geológico podría ser significativamente más ecológico que el hidrógeno verde.
Los colores del Hidrógeno
El hidrógeno se erige como uno de los combustibles más prometedores en nuestra lucha contra las emisiones de CO2, alimentando la esperanza de impulsar aviones, trenes y automóviles del futuro. Sin embargo, no todas las formas de extraer hidrógeno son igualmente limpias y económicas, por lo que es crucial prestar atención al «apellido» que llevan.
Entre los tipos de hidrógeno producidos, el más común es el llamado «gris», extraído a partir de gas natural y señalado por los investigadores como el mayor emisor de CO2.
El «hidrógeno marrón» se obtiene mediante el lignito, un carbón de tonalidad marrón, mientras que el «hidrógeno negro» utiliza hulla, un carbón de tono más oscuro. Ambas variantes emiten cantidades considerables de CO₂ durante su proceso de producción.
Luego está el renombrado «hidrógeno azul», mencionado con frecuencia como una solución clave en la búsqueda de combustibles sostenibles. Este tipo de hidrógeno se extrae utilizando métodos similares a los anteriores, pero en este caso, el CO2 se captura y almacena bajo tierra.
A pesar de los costos asociados al almacenamiento de CO2, el precio final resulta relativamente asequible. Además del hidrógeno geológico, otra variante que no genera emisiones durante su obtención es el «verde». Para producir hidrógeno verde, se emplea energía renovable que no produce emisiones dañinas para el medio ambiente.
En la actualidad, existen numerosos métodos para obtenerlo, utilizando electrolizadores de nueva generación que son más económicos y eficientes. Aunque la búsqueda de hidrógeno dorado es reciente, el Financial Times asegura que las oportunidades son vastas y ya están atrayendo inversiones significativas.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!