La empresa Pavegen lleva desarrollando desde 2009 un modelo de baldosa que genera energía limpia cada vez que la pisamos.
Un concepto revolucionario cuyo uso masivo podría dar un empujón a la generación local de electricidad a partir de fuentes renovables.
Las baldosas de Pavegen están fabricadas con materiales reciclados y son reciclables en un 80%, resistentes al agua. Pueden aguantar 5 años de uso intensivo. La capa superior está fabricada con neumáticos reciclados.
Al igual que los viajeros, cuando caminamos, la energía cinética de nuestros pasos nos empuja hacia adelante. Pero una vez terminado el trabajo, esa energía no desaparece. La energía no se destruye, sólo se transforma. Se puede pensar en ella como una especie de rastro de energía que se va dejando a medida que se avanza.
«Toda esta energía no aprovechada no se utilizaba«, explica Ciara Chantrey, miembro del equipo de marketing de Pavegen.
Así nació la idea: Aceras que recogen la energía de segunda mano de las pisadas y la almacenan en un formato utilizable. Los simples paseos podrían alimentar cosas como farolas o pantallas LED.
Pavegen es una de las muchas empresas que buscan formas de avanzar en el campo de la energía sostenible.
Las aceras de Pavegen están formadas por plataformas triangulares en forma de baldosa, y cada esquina contiene un generador llamado volante de inercia. Cuando alguien pisa una baldosa, las ruedas se activan para girar a gran velocidad, explica Chantrey, generando energía que se envía y almacena en una batería.
Cuando la gente camina por la acera, cada uno de sus pasos produce entre 2 y 5 julios de energía. Aisladamente, eso no es mucho. Una bombilla normal consume unos 60 julios por segundo, así que estas aceras inteligentes no tienen capacidad para alimentar ciudades enteras.
Sin embargo, el equipo afirma que su forma de energía limpia puede tener un impacto bastante grande a una escala más pequeña y accesible. Estas aceras podrían suministrar energía a oficinas, centros comerciales, barrios con farolas, partidos deportivos o festivales de música.
Piénsalo. Un asistente a un festival de música camina unos 15 kilómetros, lo que se traduce en unos 30.000 pasos. En 2019, más de 107.000 personas asistieron al evento musical Electric Zoo de Nueva York. En conjunto, son más de 3.200 millones de pasos dados en solo un fin de semana. Eventos como estos suelen requerir una enorme cantidad de energía para mantener las luces del escenario, los equipos de audio, los puestos de comida y las pantallas LED.
Con poco o ningún esfuerzo por parte de los asistentes al festival, que estarían caminando de todos modos, una acera inteligente podría hacer mella en el uso de energía de un festival.
Según Chantrey, el invento de Pavegen también podría ayudar a suministrar energía a los países en desarrollo o a las zonas sin red eléctrica. Esto se debe a la batería del dispositivo, que almacena toda la energía basada en los pasos. No necesitaría costosas y complejas líneas eléctricas para funcionar: es un sistema cerrado.
Ahora están trabajando para reducir los costes de las aceras y elaborar estrategias para tener un mayor alcance en su aplicación. Su principal limitación es el elevado precio para una cantidad de energía relativamente pequeña.
En los próximos años, es posible que otros ingenieros encuentren la manera de sortear estos problemas.