El mundo debe apoyar el despliegue de energías limpias en los países en desarrollo o no conseguirá limitar el cambio climático a nivel global, afirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La inversión en energía verde lleva varios años cayendo en los países emergentes y en vías de desarrollo (excluyendo a China), y la crisis del covid-19 no ha ayudado, según la AIE.
Por eso sería necesario multiplicar por siete la inversión actual para que pase de unos 150.000 millones de dólares anuales a más de 1 billón de dólares anuales en 2030 y así poner al planeta rumbo a la neutralidad del carbono en 2050, según calculó la agencia.
“Estamos inmersos en una carrera hacia la neutralidad del carbono: no es una carrera entre países, sino contra el tiempo”, declaró el director de la AIE, Fatih Birol.
“Las regiones en desarrollo, que albergan a dos tercios de la población mundial, generan el 90% del crecimiento de las emisiones pero solo reciben el 20% de los fondos dedicados a la energía limpia”, añadió.
El informe de la AIE, publicado en colaboración con el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial, destaca la importancia de la financiación privada pero añade que la acción internacional y los fondos públicos tendrán que actuar como catalizadores.
“A nivel mundial no falta dinero pero no va a parar donde más se necesita”, afirma Birol. “Los gobiernos deben dar a las instituciones financieras internacionales un mandato estratégico para financiar las transiciones energéticas en los países en desarrollo”.