Site icon Noticias Ambientales

Por qué elegir una bicicleta eléctrica: 6 razones para hacerlo

bicicleta eléctrica

bicicleta eléctrica

La bicicleta eléctrica es una de las formas en las que podemos apoyar la transición hacia la movilidad eléctrica.

Resultan útiles, se adaptan a todas las circunstancias, pueden ser usadas por personas de casi todas las edades y condiciones físicas y gracias a su mayor demanda, están bajando de precio.

Una bicicleta eléctrica es una bicicleta a la que se le ha añadido un motor para ayudar al usuario a avanzar, reduciendo al mínimo el esfuerzo producido. Habitualmente el mismo está integrado en el buje de la rueda delantera y su potencia no debe superar los 250W.

Al conducir una bicicleta eléctrica, si el conductor deja de pedalear, el motor deberá pararse cuando la velocidad alcance los 25 km/h. Para conseguirlo, estos vehículos incorporan un sensor y un controlador de velocidad. Esta interacción con el dispositivo permite adaptar la intensidad de la asistencia proporcionada por la bicicleta.

El sistema eléctrico está alimentado por una batería compuesta generalmente de iones litio. Una vez recargada la batería, la autonomía dependerá del modelo, pero suele estar entre los 35 y los 70 kilómetros. Generalmente, el nivel de potencia y el de asistencia se controla desde un panel del tipo display.

Mejoran la salud

La bicicleta eléctrica es muy funcional, por lo que, si bien se puede pedalear y hacer ejercicio, si por ejemplo se presenta una carretera empinada, el conductor tiene la posibilidad de recurrir a la fuerza del motor para no cansarse demasiado.

Esta ventaja es la que hace que este tipo de bicicletas sea apto para todo público y que se recomiende su uso a personas que necesitan ejercitarse, pero no lo hacen de forma habitual. Tanto para quienes buscan un desplazamiento sin agobios, como para aquellos cuya edad no les permite grandes esfuerzos, la bicicleta eléctrica resulta de suma utilidad.

Reducen la huella de carbono

Según un estudio de la Federación Europea de Ciclistas, si el 10% de los viajeros de cada ciudad europea empleara la bicicleta como medio de transporte alternativo (en vez de conducir o coger el transporte público) se ahorraría una cantidad de CO2 similar a la que emiten 25,000 hogares cada año.

Ahorran dinero

Para poder montar en una bicicleta eléctrica no se requiere tener ningún tipo de licencia, ni de registro, ni de seguro. Ello implica que los costos de traslado son mucho menores, que si se emplea un vehículo convencional, que además de generar más gastos, contamina el Medio Ambiente.

En cuanto a la vida útil de las baterías que alimentan el motor de una bicicleta eléctrica, esta dependerá de la marca y el modelo, pero en general son de larga duración y a medida que la tecnología se desarrolle, seguirán bajando los tiempos de carga y aumentando la durabilidad.

Son más seguras

Siempre que se respeten las medidas de seguridad básicas, como son las de circular por los carriles habilitados, usar casco, no beber, no usar auriculares y atenerse a las normas de tráfico, una bicicleta eléctrica será segura. En cuanto a la velocidad, en Europa está limitada a 25 km/h.

No discriminan

No importa si se tiene unos kilos de más o si se es mayor para enfrentarse al reto de una bicicleta común, una bicicleta eléctrica permite hacer ejercicio a cualquiera que se lo proponga, sin grandes esfuerzos y a su propio ritmo. El pedaleo asistido dará la fuerza extra cuando esta haga falta y permitirá alcanzar muchas metas que a priori parecían imposibles.

No contaminan

Tanto si se quiere salir a pasear en familia, como si se opta por emplearla como medio de transporte habitual, para realizar las compras o ir al trabajo, la bicicleta eléctrica resultará una buena elección, con la tranquilidad de que es un medio de transporte sostenible y no emite ningún tipo de gases contaminantes.

¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!

Exit mobile version