China va a reemplazar al ladrillo en la construcción y es mejor que la madera

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La construcción continúa su camino para ser más renovable y descarbonizarse, lo que implica la búsqueda de nuevos materiales (como este aislante que siempre tiras a la basura).

Sin embargo, ahora parece que no van a mirar tanto al futuro como al pasado. De hecho, se acaba de comprobar que China tenía razón con algo que llevan utilizando desde hace milenios y que va a dar un vuelco a todo.

El ladrillo tiene los días contados en la construcción: no es eficiente ni renovable

El proceso de fabricación del ladrillo implica una significativa huella ambiental. La obtención de este material requiere un proceso de elaboración que utiliza combustibles altamente contaminantes, como madera, plásticos, llantas y otros residuos industriales.

Esta cocción genera emisiones dañinas para el medio ambiente y para la salud de las personas, además de contribuir a la deforestación debido al uso de leña en el proceso. Para fabricar un kilo de ladrillos en España, por ejemplo, se requiere gastar 1,89 litros de agua y emitir a la atmósfera 270 gramos de CO2.

Además, en medio de este proceso que puede durar entre 48 a 72 horas, se generan partículas contaminantes como óxido de nitrógeno, monóxido de carbono y dióxido de azufre que se expanden a la atmósfera a través del humo, impactando al medio ambiente y a la salud de las personas que habitan en las cercanías de las ladrilleras.

Otro factor preocupante asociado con la producción de ladrillos es la deforestación. Las ladrilleras suelen utilizar leña para generar el fuego necesario en el proceso de horneado, lo que implica la tala de árboles, contribuyendo a la pérdida de bosques y la degradación del medio ambiente.

China tenía razón: el material que vamos a empezar a utilizar en la construcción

El bambú, un material tradicionalmente utilizado en la arquitectura china, está emergiendo como una alternativa innovadora y sostenible al ladrillo. Su rápido crecimiento, resistencia y versatilidad lo convierten en una opción prometedora para la construcción de viviendas y estructuras.

Además, el bambú es altamente renovable, no requiere pesticidas ni fertilizantes, y absorbe más dióxido de carbono que otras plantas, lo que lo convierte en una herramienta efectiva para combatir el cambio climático. La experimentación con este material de caña está sorprendiendo incluso a los arquitectos más vanguardistas.

Este material está abriendo nuevas perspectivas de utilizar otros materiales similares, como la caña o el mimbre, que tradicionalmente se han utilizado en objetos, para proponerles nuevos usos, habilidades y funcionalidades en el ámbito de la construcción. ¿Ves cómo al final China tenía razón?

Las increíbles ventajas de este tradicional material chino

El bambú ofrece una combinación única de resistencia, flexibilidad y durabilidad. Su estructura celular única, su contenido de silicio y su alta humedad lo hacen excepcionalmente fuerte y resistente al deterioro por hongos y bacterias, que es uno de los problemas de los biomateriales (por llamarlos de algún modo).

A lo largo de los siglos, las construcciones de bambú han demostrado su capacidad para perdurar, especialmente en regiones donde este material es abundante. Además, su capacidad para absorber dióxido de carbono lo convierte en una opción atractiva para construcciones sostenibles.

La clave está en que es más resistente incluso con la madera. ¿Qué nos quiere decir esto? Que no es necesario añadir una sobrecarga de láminas para darle robustez a la fachada. En este sentido, se utilizan menos materiales con mayor densidad y, por tanto, se reduce el consumo de recursos.

Una vez más, queda demostrado que la construcción va a redefinir sus bases sin inventar nada, sino apostando por algo que ya existía de antes. Lo han hecho ahora con este material que proviene de China y lo hicieron hace unas semanas con este otro que es de la Edad de Piedra.

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