El agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya, de 44 años, lleva adelante una demanda contra la gigante energética alemana RWE en un tribunal de Alemania.
Lliuya exige que la empresa, una de las mayores emisoras de dióxido de carbono (CO2) del mundo, contribuya al costo de proteger su ciudad natal, Huaraz. Es por el riesgo de desbordamiento del lago glaciar Palcacocha, afectado por el cambio climático, según informa la agencia AFP.
Un caso único y pionero
Lliuya sostiene que el uso de combustibles fósiles por parte de RWE ha contribuido al derretimiento de los glaciares andinos, poniendo en peligro a más de 50.000 personas en la región.
Basándose en un estudio de 2014, argumenta que RWE es responsable del 0,47 % de las emisiones globales de carbono desde la era industrial y solicita que la empresa cubra una proporción equivalente de los costos para mitigar el riesgo de inundaciones, calculados en 3,5 millones de euros.
“Lo que pido es que RWE se haga cargo de una parte de los costos de la construcción de un dique”, afirmó Lliuya en rueda de prensa antes de viajar a Alemania. La cifra demandada asciende a unos 17.000 euros.
Un largo camino legal contra un gigante energético
Desde que presentó la demanda en 2015, el proceso legal ha sido lento. Inicialmente desestimado por un tribunal de Essen en 2016, un recurso en 2017 permitió que un tribunal superior de Hamm ordenara la práctica de pruebas. Peritos y jueces alemanes visitaron en 2022 la zona de Huaraz para evaluar los impactos del cambio climático en la región.
Esta semana, el tribunal alemán analiza las pruebas recogidas, incluidas las relacionadas con los riesgos de desbordamiento del lago Palcacocha. Si se determina que la propiedad de Lliuya está en riesgo sustancial, una próxima audiencia evaluará la responsabilidad directa de RWE.
Un caso con implicaciones globales
Organizaciones como Germanwatch, que apoyan a Lliuya, consideran que el caso establece un precedente importante en la responsabilidad corporativa por daños climáticos. Francesca Mascha Klein, de Germanwatch, afirmó: “Es hora de que empresas como RWE contribuyan de forma justa a los costes de los daños que han causado”.
Por su parte, RWE niega las acusaciones y argumenta que establecer un vínculo directo entre emisiones específicas y daños concretos es jurídicamente inadmisible. La empresa advierte que una decisión en contra podría sentar un precedente con consecuencias globales.