“Las montañas y los glaciares del mundo proporcionan agua dulce esencial para la vida a miles de millones de personas y a innumerables ecosistemas”, se lee en el informe.

Además, las aguas de montaña son necesarias para la seguridad alimentaria y energética de las personas que viven en las regiones montañosas y sus alrededores, así como en las zonas río abajo.
Casi la mitad de las personas que viven en regiones montañosas de países en desarrollo ya padecen inseguridad alimentaria. Una situación que probablemente empeorará con el derretimiento de la nieve y los glaciares, según el informe.