Argentina tiene 60 millones de hectáreas que son reservorios de agua dulce para el planeta

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‘Los riñones del planeta’, como describen los especialistas a los humedales, ocupan en la Argentina 60 millones de hectáreas (el equivalente a casi dos veces la superficie de la provincia de Buenos Aires) y su conservación resulta fundamental para la provisión de agua dulce y alimentos y mitigar cambios climáticos, fundamentalmente las crecidas de los ríos.

 
Para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el 21,5 por ciento del territorio argentino está compuesto por esos valiosos espacios, donde la tierra y el agua interactúan como ‘esponjas’, controlan inundaciones y hacen sustanciales aportes a la biodiversidad y al ecosistema.
 
Sin embargo, el INTA, algunos gobiernos provinciales y otros sectores vinculados a la agricultura y la ganadería opinan que sólo 25 millones de hectáreas corresponden a esos espacios naturales.
 
Pantanos, estuarios, deltas, estanques, reservas naturales, arrozales, salinas y hasta pastizales húmedos son algunas de las expresiones que describen a los humedales, según lo acordado en 1971 entre 18 naciones en la Convención Ramsar, en Irán, donde se estableció un marco de acción internacional para fomentar el uso racional de esos recursos.
 
Hasta ahora, la Argentina tiene declarados como ‘sitios Ramsar’ sólo 22 humedales desde Jujuy a Tierra del Fuego, que ocupan unas 6 millones de hectáreas (el 10 por ciento de la superficie total estimada), de acuerdo con esa convención a la que adhirió en 1992.
 
La agricultura y el negocio inmobiliario constituyen la principal amenaza para estos reservorios de agua dulce, que hasta ahora no cuentan con una ley nacional que los proteja y que deja su preservación, su buen uso o su destrucción al arbitrio de los gobiernos provinciales y municipales, con decisiones muchas veces contrapuestas a los estándares defendidos por las organizaciones ecologistas.
 

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