Deportistas y organizaciones medioambientales critican la elevada contaminación de las agua de la bahía de Guanabara (Brasil), donde se disputarán varias pruebas deportivas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Según el The New York Times, las aguas son un inmenso basurero al que van a parar colchones, muebles, neumáticos, cadáveres de animales e incluso de personas, junto a aguas residuales no tratadas que proceden de la ciudad.
En cuatro ocasiones hasta dos cadáveres humanos halló en la citada bahía el regatista brasileño Lars Grael, quien a sus 50 años y con dos medallas olímpicas es una leyenda del deporte náutico en su país.
Grael, que describe las aguas de la bahía de Guanabara como ‘oscuras, marrones y apestosas’, cree que las competiciones de vela durante los juegos deberían trasladarse a un enclave turístico lejos de la ciudad.
El regatista austríaco Nico Delle Karth, asegura que ‘son las aguas más sucias en las que jamás ha navegado’ y que ‘nunca ha visto nada igual’.
Situada en el océano Atlántico, la bahía de Guanabara, de unos 412 kilómetros cuadrados de superficie, es considerada la más importante de Brasil y en su interior se encuentra el puerto de Río de Janeiro.