Córdoba: preocupación por la degradación del suelo

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El trabajo de Britos se concentró en el departamento Ischilín, especialmente en la subcuenca de las Salinas Grandes, que abarca dos tercios de este Departamento. Se estudió la reducción de la cobertura invernal fruto del desmonte y también del sobre pastoreo. En paralelo, se da cuenta de el efecto conjunto de la sequía con los disturbios producidos por el hombre por sobre el ecosistema de la zona.

 
Para avalar estas conclusiones se utilizaron mapas satelitales de la región. Se midió el “índice verde”  consiguiendo una imagen invernal por año de la zona y se compilaron unas 27 “fotografías” que van desde el año 1984 al 2010. Para ello, se tomaron las imágenes del satélite Landsat, cuyo sensor muestra lo que sucede en la vegetación en un área de 900 m2, suficiente para ver el estado de la zona.
 
“Nuestra evaluación se centra en la vegetación invernal- precisó Britos-, a través de un indicador derivado de teledetección que combina las longitudes de la radiación solar en la zona del verde e infrarrojo, con lo que conseguimos un indicador, una foto anual, principalmente de la vegetación fotosintéticamente activa en el invierno.  Esto representa especialmente las especies arbustivas y árboles del bosque nativo que son los que mantienen la fotosíntesis activa durante el invierno”, detalló el científico.
 
La investigación develó que más del 25% de la superficie de la cuenca está perdiendo la cobertura verde invernal, debido a los desmontes indiscriminados. Un 12 % de la tierra ya se estima ha traspasado umbrales de “cambio irreversibles”, por lo que la recuperación de estos ambientes se halla muy comprometida, confirmando así que el ambiente se está desertificando. Esta situación se ve agravada por las sequías de los últimos cinco años en la zona.
 
El trabajo explicó que los suelos más pobres en nutrientes y con menos regímenes de lluvias que sufren desmontes y pastoreo frecuente, pierden la capacidad de recuperación de la vegetación cuando aparecen las lluvias. “Los suelos se degradan irreversiblemente posteriormente al disturbio de desmonte y rolados frecuentes por más de 20 años. Esto lo observamos claramente en las zonas de los bordes elevados de las salinas, donde los suelos son mas pobres”, asegura Britos.
 
Los incendios también fueron tomados en cuenta a la hora de analizar la pérdida de vegetación. Se detectó, así, que los fuegos inciden en la degradación del bosque, favoreciendo la cobertura arbustiva y que  demoran al menos 15 años en recuperar su cobertura invernal.
 
La pérdida de la flora autóctona se vincula también con los sistemas productivos. La actividad que más contribuye son las estancias ganaderas de grandes superficies y especializadas en ganadería bovina; mientras que las economías campesinas, con mayor concentración demográfica y utilización de menos superficie, utilizan los bosques para leñas y pastoreo de cabras.

Universidad Nacional de Córdoba

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