Entrar a un parque. El paisaje: decenas de árboles con carteles que detallan cuáles son sus frutos y qué vitaminas o nutrientes ofrece cada uno. Los visitantes toman frutas de esos árboles y las consumen en el lugar, sin pagar un centavo. Eso es una plaza comestible y sustentable, como ya existe en distintos países del mundo, y que tendrá su primera experiencia argentina en la provincia de Corrientes.
Este emprendimiento ya comenzó a construirse en el Jardín Botánico correntino, a partir de una iniciativa que surgió hace casi dos años desde el grupo ecologista Puente Verde.
‘La idea nació al ver plazas comestibles en otros países. La finalidad es que el espacio sea utilizado no sólo como lugar de esparcimiento sino también para ofrecer frutas’, explica a los medios locales Pablo Morales Andreau, promotor del proyecto, quien asegura que la plaza correntina ‘estará concluida antes de fin de año’.
El creador de la iniciativa cuenta su experiencia: ‘Viví un año en la India y un día un amigo me llevó a conocer una plaza comestible. Yo no sabía qué era y ahí pude ver cómo las familias estaban sentadas en un picnic consumiendo las frutas o cómo otras personas iban y retiraban los frutos de forma gratuita.’ España, entre otros lugares del mundo, es uno de los países donde también se fomenta este tipo de espacios, bajo el nombre de ‘huertas orgánicas’.
Morales Andreau detalla que la idea es crear un espacio educativo en el que se pueda aprender sobre energías renovables y ecotecnologías, además de las características nutricionales de las frutas, recetas de cocina, agricultura orgánica, desarrollo sustentable y bioconstrucción. Además, se trata de un predio que se sustentará a sí mismo. ‘La luz provendrá de paneles solares y se utilizará el agua de la lluvia’, adelanta Pablo.
En diálogo con Tiempo Argentino, el ingeniero Julio Bartra, coordinador del programa Agricultura Ciudad Capital, que depende del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno provincial, reconoce que la nueva plaza empezó a armarse a partir de la idea de Morales Andreau: ‘Ahí arrancamos el proyecto y lo fuimos trabajando con diferentes áreas para hacerlo más completo.’
El plan, entonces, se basa en tres ejes: mejorar la alimentación de la sociedad; promover el uso de energías renovables; y concientizar sobre la importancia del reciclado de basura.
La plaza se está construyendo en poco más de 6000 metros cuadrados ubicados dentro del Jardín Botánico de la capital correntina, que funciona allí desde 1988. La presentación oficial de la idea se realizó en septiembre pasado y el plan es que la obra dure menos de un año. ‘Vamos a trabajar en el uso de paneles solares, vamos a calentar el agua ahí y el equipo de riego va a ser de bombeo solar, además de contar con biogás’, adelanta Bartra.
Los contenedores de basura en el predio van a servir para diferenciar y compactar los residuos, y luego esos desechos reciclados se utilizarán para las plantas que haya en el lugar.
Para hacer la ‘plaza comestible’, se decidió que, en lugar de árboles nativos de flora, haya sólo frutales: guayaba, palta, durazno, cítricos, nísperos y bananos serán algunos de los frutos que darán las más de 60 plantaciones que habrá en ese espacio.
Florencia Halfon-Laksman
InfoNews
InfoNews