La tala ilegal que engorda el ‘mercado negro’ no se detiene” y “a pesar de la existencia de leyes que sancionan a los infractores, la corrupción y la indisciplina han encontrado cobijo donde no debería ni pensarse“, señaló el diario Juventud Rebelde.
En 2013, el Cuerpo de Guardabosques de Cuba (CGC) impuso 19.993 multas por un valor total de más de tres millones de pesos y se decomisaron 2.274,11 metros cúbicos de madera, cita el rotativo.
Lilian San Martín, especialista del Departamento de Gestión de la Protección de los Recursos Naturales de la Jefatura del CGC consideró que el escenario actual de las afecciones a los recursos naturales del país “es muy complejo”.
“Los incendios forestales, la caza y la pesca furtivas, la introducción de especies exóticas invasoras y la tala de bosques para la obtención de madera son las principales, a lo que se adiciona el impacto de las nuevas formas de gestión económica (trabajo privado)”, añadió.
La especialista indicó que las violaciones se multiplican en relación con la madera y “es delicada”, en especial, con especies “preciosas” como el cedro, muy demandado para fabricar muebles y elementos constructivos como puertas y ventanas de viviendas.
Según se desprende del artículo, la madera obtenida de la tala ilícita tiene como principal destino comercial a los carpinteros autorizados con una licencia estatal para trabajar por cuenta propia.
En un sondeo realizado por el periódico, los carpinteros particulares entrevistados dijeron que no existe una entidad estatal donde ellos puedan adquirir la madera, materia prima esencial para desarrollar su oficio.
Algunos alegaron que muchas veces cuando intentan hacerlo de forma legal, ello conlleva un “papeleo enorme”, por lo que la mayoría considera que es mejor optar por comprarla en el “mercado negro”.