Las regiones andinas de América Latina celebran este 1ro de agosto el Día de la Madre Tierra en un contexto de alerta ambiental por el cambio climático. ¿En qué consiste y cómo se celebra?
Como cada primero de agosto, en el centro de la cultura andina se rinde homenaje a la gran Pachamama o Madre Tierra. Y si bien oficialmente la celebración corresponde a esa fecha en particular, lo cierto es que, para los habitantes originarios de América Latina, las festividades se extienden durante todo el mes.
¿Qué se celebra el Día de la Pachamama o Madre Tierra?
Se trata de un día para rendir homenaje a la Pacha, que engendra vida, nutre y protege. La Pachamama es la diosa femenina de la tierra y fertilidad, pero su nombre original, Pacha, también hace referencia al universo y al tiempo.
En la tradición incaica es una deidad muy importante porque es la de la agricultura comunal, que fundamenta toda su civilización. De las creencias incaicas, es probablemente la que sobrevive con más intensidad. En las provincias del noroeste argentino su celebración se vive con fuerza.
¿Cómo se celebra?
El 1° de agosto se realiza más que un festejo: es un día para alimentar a la Pachamama y ofrecerle todo lo que uno quiere que a su familia no le falte durante todo el año.
El eje ritual de la celebración, basado en una ofrenda de reciprocidad, se mantiene y transmite entre generaciones. Por lo general, se le ofrecen alimentos, bebidas y otras ofrendas. También es el día indicado para limpiar el hogar. Muchas personas acostumbran juntar toda la basura que haya en la casa y quemarla junto con incienso o hierbas aromáticas.
En algunas comunidades andinas, por ejemplo, perdura la costumbre de enterrar una olla de barro llena de comida cocida. En esta se agregan, además, hojas de coca, semillas, frutas, bebidas fermentadas a base de maíz y maní, entre otras cosas. También hay otras tradiciones populares como beber por la mañana un vaso de caña con ruda para tener salud, justo antes de iniciar un mes frío.
¿Cómo hacer un ritual para la Pachamama?
Quienes mantienen a fondo la tradición, realizan el primero de agosto el Ritual del Convido o corpachada. Se lleva a cabo al alba, al mediodía o al amanecer.
El ritual consiste en abrir un pozo circular en la tierra y ofrendarle allí a la Madre Tierra productos de la naturaleza, alimentos, bebidas, hojas de coca, como un acto de agradecimiento al planeta. Se cree que lo que se ofrende regresará.
Durante el ritual, se agradece por la vida, la salud, el trabajo y la comida. También se pide por fuerza para levantarse cada día y para poder ayudar a todos, especialmente los que más necesitan, para alcanzar la armonía y el entendimiento.
El ritual se suele acompañar con dos fuegos sagrados, uno dentro del pozo, alimentado con hojas aromáticas, incienso, palo santo y papelitos con intenciones positivas; y otro fuera, más grande, en el que se queman papelitos con defectos o errores para purificarlos. Según el ritual, así se activan los elementos fuego y aire.
Luego, para activar el elemento agua, se “chaya” el pozo ofrendando bebidas. Esto se puede hacer en cualquier momento del año, arrojando el primer trago antes de beber. En agosto, se hace de rodillas y con las dos manos.
Por último, dejando las ofrendas de comida en el pozo se activa el elemento tierra y se le devuelve a la Pacha lo que nos ha dado. Finalmente el pozo se tapa con piedras y pétalos de flores y se festeja con cantos, danzas, comida y bebida. Cuando no se dispone de un patio, simbólicamente se puede realizar el ritual en una maceta, para no dejar de agradecer.