Millones de estadounidenses desafiaron el frío este miércoles para intentar ir a trabajar en el noreste de Estados Unidos, donde varias ciudades y aeropuertos continuaban afectados por los más de 30 centímetros de nieve que habían caído en la región.
El gobierno federal retomó sus actividades, aunque los fuertes vientos mantienen temperaturas muy por debajo de la media, con cientos de vuelos cancelados y carreteras todavía llenas de hielo.
La nieve no fue tan abundante el miércoles, al contrario de lo sucedido la noche del martes, pero fuertes vientos y bajas temperaturas perpetuaban el sufrimiento de los habitantes de la zona, donde muchas escuelas y oficinas se mantuvieron cerradas.
En Nueva York, se había previsto una máxima de -10 grados Celsius durante la jornada y ráfagas gélidas que causarían una sensación térmica de -21 grados, según el Servicio Nacional de Meteorología.
En la Gran Manzana las escuelas abrieron y la mayoría de las líneas del tren subterráneo no tuvieron problemas, pero el nuevo alcalde Bill de Blasio fue acusado por la prensa de realizar una torpe actuación durante la segunda tormenta invernal de su administración, que lleva menos de cuatro semanas.
De hecho, estaba previsto que se movilizaran 1,700 quitanieves la noche del martes para limpiar las calles de la populosa ciudad, pero la nieve llegó antes de lo previsto y los ciudadanos se quejaron de que los equipos de mantenimiento demoraron en actuar, lo que provocó embotellamientos y accidentes.
Más al sur, en Washington, el gobierno federal reabrió sus puertas, luego de pedir a los empleados públicos que se quedaran en sus hogares el martes, un día después del feriado por el natalicio de Martin Luther King.
Sin embargo, las oficinas abrieron dos horas más tarde de lo habitual y algunos empleados estaban autorizados a trabajar desde sus casas o a pedir una licencia no prevista.
La mayoría de las escuelas de las ciudades de Maryland y Virginia y sus alrededores permanecían cerradas este miércoles.
El trayecto a los lugares de trabajo se vio complicado por la poca visibilidad en las carreteras.
En Filadelfia y Chicago la nieve alcanzó una altura de 40 centímetros y provocó la anulación de cientos de vuelos y retrasos en los trenes.
Los gobernadores de los estados de Delaware, Nueva Jersey y Nueva York declararon estados de emergencia.
Más de 1,500 vuelos, fuera y dentro de Estados Unidos, fueron cancelados este miércoles y cerca de 3,000 retrasados, indicó FlightAware, un sitio web que monitorea el tráfico aéreo.