A medida que avanza el cambio climático, también debería evolucionar la forma en que se diseñan las ciudades. Éste es el mensaje que lanza el profesor Paul Kirshen, de la Universidad de New Hampshire, en Estados Unidos, autor de un informe reciente que evaluó la vulnerabilidad de la ciudad norteamericana de Boston a las inundaciones costeras y que entregará a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) en su reunión anual que se celebra en Boston desde el pasado jueves hasta el próximo lunes.
‘Cada año, los desastres relacionados con el clima afectan a cientos de millones de personas y cuestan miles de millones de dólares. El cambio climático está exacerbando el problema y presenta enormes desafíos para las comunidades’, afirma Kirshen, quien cree que eventos como el huracán de arena llaman la atención sobre la importancia de tomar medidas para prepararse para los posibles eventos del futuro.
Kirshen discutirá cómo la planificación de ingeniería en el pasado, que siempre ha construido infraestructuras a largo plazo bajo condiciones climáticas no cambiantes, ya no es relevante. ‘Hoy, tenemos que diseñar con el reconocimiento explícito de que el clima está cambiando y esto requiere un énfasis en la flexibilidad y el manejo adaptativo’, argumenta este profesor de investigación de ingeniería civil en el Instituto UNH para el Estudio de la Tierra, los Océanos y el Espacio y el Grupo de Investigación Ambiental.
El coautor de este informe lidera también un equipo multidisciplinar para diseñar un plan de adaptación al cambio climático para la ciudad de Exeter. Ingeniero de recursos hídricos mediante la capacitación, Kirshen está a caballo entre el mundo de la ingeniería civil y ciencias del medio ambiente para trabajar en el abordaje eficaz del paisaje complejo y cambiante por el cambio climático.