El rol de los bosques como sumideros de carbono

Mรกs leรญdas

Los sistemas forestales tienen la capacidad de captar el COโ‚‚ de la atmรณsfera gracias a la energรญa del sol. Las plantas transforman las molรฉculas inorgรกnicas en molรฉculas orgรกnicas que usan en la construcciรณn de sus estructuras vitales: flores, frutos, ramas, troncos, raรญces, hojas, etc. Estos productos elaborados serรกn consumidos por los animales herbรญvoros, que los integran asรญ en eslabones de las cadenas trรณficas de los ecosistemas terrestres. En ese mismo proceso, las plantas generan un subproducto vital: el oxรญgeno.

Los bosques, almacenes de COโ‚‚

Al respirar, los seres vivos emiten COโ‚‚ como subproducto metabรณlico del funcionamiento vital. Y al morir, los cuerpos se descomponen en el suelo gracias a bacterias aerรณbicas que transforman las molรฉculas orgรกnicas en COโ‚‚ (que es emitido a la atmรณsfera) y en otras molรฉculas que contienen carbono y que se incorporan a uno de los reservorios mรกs importantes del ciclo del carbono, el suelo.

Asรญ, los bosques retiran diรณxido de carbono de la atmรณsfera e incorporan carbono a su biomasa. Al menos temporalmente, mientras los รกrboles estรกn vivos.

Segรบn el Quinto Informe de Evaluaciรณn del IPCC, se estima que a nivel global la cantidad de carbono presente en la biomasa viva de la vegetaciรณn es de entre 450 y 650 gigatoneladas. Aparte del carbono retenido en la vegetaciรณn, los suelos de los bosques son capaces de almacenar entre 1.500 y 2.400 Gt.

Cuando un รกrbol se corta y su madera es utilizada en la fabricaciรณn de muebles, elementos constructivos u otros, el carbono permanece retenido fuera de la atmรณsfera durante la vida รบtil del producto. Por el contrario, cuando un รกrbol se quema en el bosque, el carbono almacenado es devuelto a la atmรณsfera de manera casi inmediata.

Mitigadores del cambio climรกtico

No siempre se da un balance positivo entre entradas y salidas de carbono en los ecosistemas terrestres. El uso de la tierra, incluida la agricultura y los bosques, representa aproximadamente el 10% de las emisiones globales de COโ‚‚, y casi el 25% de todos los gases de efecto invernadero como el CHโ‚„ y el Nโ‚‚O. Se estima que la deforestaciรณn es la principal fuente de gases de efecto invernadero en muchos paรญses tropicales.

Al mismo tiempo, aproximadamente un tercio de las emisiones de origen humano de COโ‚‚ son absorbidas por los ecosistemas terrestres, principalmente por los bosques. Los sumideros forestales son importantes para la mitigaciรณn del cambio climรกtico y en latitudes templadas o boreales los sistemas forestales se comportan como sumideros netos.

La grรกfica muestra que el potencial de mitigaciรณn se centra, por un lado, en la reducciรณn de las emisiones de origen fรณsil y de las debidas al cambio de uso de suelo y, por otro lado, en el fomento de los sumideros terrestres.

La importancia de la gestiรณn forestal

El papel que desempeรฑa el uso de la tierra, sus cambios y la selvicultura como fuente o sumidero de gases de efecto invernadero convierte al sector forestal en un actor clave con un gran potencial de mitigaciรณn. En consecuencia, se hace indispensable conocer cuรกnto carbono se almacena en la vegetaciรณn, asรญ como los flujos de este elemento que se crean desde y hacia ella.

La contabilizaciรณn de las emisiones y absorciones de COโ‚‚ de los diferentes sectores se fue estableciendo en las sucesivas conferencias de las Partes tras la aprobaciรณn del Protocolo de Kioto. Incluir el uso de la tierra en el proceso de la Convenciรณn Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climรกtico ha sido un proceso largo y complejo.

Para los bosques, las incertidumbres asociadas a las estimaciones de los gases de efecto invernadero que absorbรญan o emitรญan y las โ€“en muchas ocasiones espรบreasโ€“ cuestiones metodolรณgicas han supuesto dificultades para alcanzar compromisos y lo que es peor, han implicado una inacciรณn de coste insospechado.

Uno de los aspectos mรกs polรฉmicos ha sido el papel que la gestiรณn forestal desempeรฑa en el aumento de la capacidad del bosque para fijar carbono, asumiendo que la รบnica manera de incrementar el papel mitigador de los bosques es aumentando su superficie. Esta situaciรณn viene propiciada principalmente por dos motivos: la preocupaciรณn climรกtica de que la gestiรณn forestal haga que los bosques que ahora son sumideros pasen a ser emisores de gases de efecto invernadero se une a la preocupaciรณn de las organizaciones ambientales que ven en estas prรกcticas tambiรฉn un riesgo para la biodiversidad.

Ambas preocupaciones son perfectamente entendibles, pero tambiรฉn solventables mediante la planificaciรณn, aplicaciรณn y certificaciรณn de sistemas de gestiรณn forestal sostenible, que garanticen la compatibilidad entre la persistencia del bosque, el aumento de su capacidad de fijaciรณn de carbono, y el resto de usos.

ยฟCuรกntas emisiones absorben los bosques?

Las actividades relacionadas con el papel del uso de la tierra, sus cambios y la selvicultura, donde se enmarcan los bosques, no se abordaron definitivamente hasta la Conferencia de las Partes de 2001 (COP7) en la que se aprobaron los Acuerdos de Marrakech. En ellos se fijaron las definiciones, modalidades, normas y directrices relativas a estas actividades recogidas en el artรญculo 3 del Protocolo de Kioto.

Espaรฑa informa de sus emisiones de gases de efecto invernadero a la Secretarรญa de la Convenciรณn Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climรกtico. Ademรกs, aporta informaciรณn adicional para cumplir los compromisos asumidos conforme al Protocolo de Kioto, cuyo segundo periodo de aplicaciรณn finalizรณ en 2020. La diferencia fundamental entre ambos tipos de informes es que el primero tiene un criterio basado en la tierra (asigna categorรญas de uso de la tierra a toda la superficie dentro del paรญs) y el segundo tiene un criterio basado en las actividades humanas.

El รบltimo inventario nacional de gases de efecto invernadero recoge las cifras para el aรฑo 2018. El valor neto es muy aproximado, ya que Espaรฑa considera toda la superficie forestal bajo gestiรณn regulada, cuando en realidad solo el 18,5% de la superficie forestal espaรฑola dispone de proyectos de ordenaciรณn forestal que regulan y controlan su aprovechamiento de manera sostenible.

Estudios detallados del Centro de Investigaciรณn Forestal del Instituto Nacional de Investigaciรณn y Tecnologรญa Agraria y Alimentaria estiman una fijaciรณn neta anual en terreno forestal en Espaรฑa de 116 megatoneladas de COโ‚‚ equivalente, de los cuales 94 se atribuyen a la superficie forestal arbolada y 22 a formaciones de arbustos y matorrales de talla media-alta.

Las masas forestales en el cรณmputo estatal de COโ‚‚

En la UE, la primera vinculaciรณn entre las polรญticas climรกticas y los stocks de carbono forestal se produjo tras el Acuerdo de Parรญs. Para cumplir los compromisos, el Parlamento y el Consejo europeos adoptaron el Reglamento 2018/841 sobre la inclusiรณn de las emisiones y absorciones del sector del uso de la tierra, sus cambios y la selvicultura para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el perรญodo de 2021 a 2030, modificando el reglamento anterior de 2013. Se espera una nueva revisiรณn de este reglamento para 2021 conforme al plan de objetivos climรกticos para 2030 que propone actualmente la Comisiรณn.

Hay que destacar que este sector en Espaรฑa es el รบnico con efecto sumidero neto. Sus absorciones ayudan a compensar el 11,4% de las emisiones de otros sectores, tanto los sujetos al comercio de derechos de emisiรณn (industria y generaciรณn elรฉctrica), como los sectores difusos (como el transporte, residencial, agrรญcola y ganadero, y gestiรณn de residuos).

Bajo el reglamento actual, se consideran dentro de la contabilidad del sector las absorciones y emisiones debidas a tierras forestadas, las tierras deforestadas, los cultivos gestionados, los pastos gestionados y la tierra forestal gestionada. En esta รบltima categorรญa, para poder diferenciar las absorciones derivadas de la gestiรณn forestal de las debidas al crecimiento natural de los bosques, el reglamento establece un nivel forestal de referencia que debe proponer cada paรญs dentro de su Plan de Contabilidad Forestal Nacional. Solo podrรกn contabilizarse las absorciones que sobrepasen este nivel.

Estas absorciones se utilizarรกn para cumplir con el compromiso de que las emisiones no superen las absorciones (norma de deuda cero). Cumplido este requisito, las absorciones sobrantes debidas al sector podrรญan utilizarse para compensar las emisiones del resto de sectores difusos, hasta un mรกximo de 29,1 Mt COโ‚‚ eq para todo el perรญodo 2021-2030.

Analizando el sistema de contabilidad actual, se puede observar que se favorece la utilizaciรณn de las absorciones asociadas a las repoblaciones, mientras que se relegan a un segundo plano las absorciones originadas por las masas forestales existentes y consideradas bajo gestiรณn. En este punto, es necesario volver a resaltar la importancia de la gestiรณn forestal y la necesidad de contar con instrumentos adecuados que garanticen su aplicaciรณn y seguimiento.

Las cifras no cuadran. Segรบn estudios del Joint Research Centre de la Comisiรณn Europea, hay una discrepancia a nivel global de unos 4 Gt de COโ‚‚ anuales en las emisiones antropogรฉnicas netas del uso de la tierra entre los modelos globales del V Informe de Evaluaciรณn del IPCC y los datos agregados de los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero. La mayor parte de esta diferencia es atribuible a las superficies forestales consideradas bajo gestiรณn.

A pesar de todo, el planteamiento general es coherente con las lรญneas adoptadas desde Europa para seguir fomentando la reducciรณn de emisiones en todos los sectores.

Ahora bien, no se puede caer en un triunfalismo simplista que asuma que las emisiones antropogรฉnicas pueden ser compensadas por los sumideros forestales, desincentivando asรญ cualquier esfuerzo por atacar la raรญz del problema: el uso masivo de combustibles fรณsiles como fuentes de energรญa y el incesante cambio de uso del suelo.

Todo ello reconociendo la necesidad de implementar polรญticas que apoyen una gestiรณn forestal sostenible a futuro. Y por futuro hay que reconocer horizontes mรกs allรก del aรฑo 2050 que permitan articular los amplios plazos de gestiรณn de los sistemas forestales.

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