Reciemente, una marejada provocada por un temporal en el mar Cantábrico azotó fuertemente a la playa de Arnao, en Asturias, socavando la arena y revelando restos de troncos petrificados de 300 millones de años.
Hace 400 millones de años, la región de Asturias estaba ubicada en el hemisferio sur con características similares a las del Caribe o a la de la Gran Barrera de Coral en Australia; es decir, con aguas claras, bien oxigenadas y una fauna exuberante, que permitió el crecimiento de estos árboles.
Posteriormente los cambios de la Tierra y el océano permitieron que estos fósiles pudieran conservarse de muy buena forma bajo esta playa hasta ser descubiertos.