Con tres incendios forestales aún activos, dos en la provincia de Ourense y uno en la de Lugo, los montes gallegos recuperan poco a poco la normalidad tras una devastadora semana en la que las llamas han arrasado unas 7 mil hectáreas
Los focos de fuego se han repartido por las cuatro provincias gallegas, pero ha sido el sur de Pontevedra y la península del Barbanza, en A Coruña, las zonas más afectadas y en donde ha ardido la mayor parte de la superficie.
Las llamas han calmado su acometida pero en muchas zonas de Galicia tanto los miembros de los equipos de extinción de incendios como muchas personas a título particular trabajan para apagar las últimas llamaradas y enfriar las zonas calcinadas.