Al menos 30 ballenas han aparecido muertas en las costas del Golfo de Alaska desde el mes de mayo, un hecho que ha dejado perplejos a los científicos, ya que nunca antes se había visto un episodio de mortandad de estos animales tan elevado en esa zona.
Los expertos advierten que todavía es pronto para sacar conclusiones sobre qué pudo causar la muerte de esos cetáceos aparentemente sanos, aunque sí hay un sospechoso.
Se trata de una enorme floración de algas de la familia Pseudo-nitzschia, que desde hace unos meses está afectando a las aguas de la costa oeste de Norteamérica, desde el sur de California hasta Alaska.
Esta marea de algas, la mayor de su tipo jamás registrada, viene acompañada de una alta concentración de ácido domoico, una neurotoxina que está causando estragos en la fauna de la región.