Veinticuatro personas fueron detenidas y acusadas de provocar intencionalmente los incendios forestales que azotan al sureste de Australia.
Las autoridades locales detallaron que “53 personas enfrentan cargos por no obedecer la prohibición de encender fuego” que rige en el Estado de Nueva Gales del Sur y otras 47 están acusadas de arrojar un cigarrillo o fósforo encendido al suelo.
Provocar un incendio forestal de manera intencional o por cometer una imprudencia puede resultar en penas de hasta 21 años de cárcel, informó la policía de Nueva Gales del Sur, y agregó que las “acciones legales” pueden ir “desde amonestaciones hasta acusaciones penales”.
Hasta el momento, se estima que al menos 24 personas murieron y más de 2.000 casas fueron destruidas por el fuego en el territorio australiano.