En el 67% de los casos los científicos pudieron establecer como causa principal de las muertes las ‘interacciones humanas’ , sobre todo el enredo en redes de pesca. Los investigadores encuentran que los resultados de su estudio son decepcionantes. Desde 2003, los Gobiernos de EE.UU. y Canadá toman medidas para disminuir la mortalidad de las ballenas, cuyo número está bajando.
Actualmente se cree que solo 460 ballenas grandes viven en aguas de las costas de EE.UU. y Canadá. Para evitar que las ballenas se enreden o se golpeen con buques en 2008, en EE.UU. entró en vigor una norma (‘Ship Strike Rule’) que limita la velocidad de los buques en determinadas zonas. Julie van der Hoop, una de las autoras de la investigación, señala que los esfuerzos de protección deberían ser más intensos de lo que lo son ahora. Según sus estimaciones, las colisiones de ballenas con barcos muestran picos en ciertas zonas, donde hay que prestar mayor atención.
Además, la norma de ‘Ship Strike Rule’ no siempre fue cumplida, advierten otros científicos. Greg Silber, un investigador de mamíferos marinos del Servicio Nacional de Pesca Marina (National Marine Fisheries Service), opina que es demasiado temprano concluir que las medidas tomadas para bajar la mortalidad de ballenas no han sido efectivas. En su informe, publicado este año, dice que últimamente el cumplimiento de las normas ha mejorado y que es importante continuar las restricciones de velocidad y ampliarlas para incluir a los buques más pequeños.