Alrededor de 216 millones de personas podrían verse obligadas a emigrar de aquí a 2050 debido a la sequía, según el Banco Mundial.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) acaba de publicar un informe en el que afirma que la sequía entre 1998 y 2017 ha provocado pérdidas económicas mundiales de unos 124.000 millones de dólares. Según la ONU, el mundo se enfrenta a la pérdida de cosechas, al aumento del hambre y a más muertes.
Barron Orr, uno de los científicos que ha participado en la investigación, advierte que “no solo los países más pobres y menos desarrollados están en riesgo”.
Las prácticas agrícolas y el cambio climático están afectando a más regiones del mundo, y Orr señala las olas de calor de California como ejemplo. Indonesia, Australia, Kenia…; son algunos de los países que nombra este científico que están en riesgo de desertificación. Él describe este fenómeno como una “mega sequía” sin precedentes en los últimos 1000 años.
“Vamos a ver un aumento de la frecuencia de las sequías, un aumento de su gravedad, probablemente un aumento de su duración, y si no actuamos y tratamos de aumentar la capacidad de recuperación, esto va a causar un daño muy grave a la gente”, dice.
De acuerdo con la ONU, después de las inundaciones, la sequía es la catástrofe más extendida que amenaza al mundo hoy en día, e insiste en que África es el continente más afectado.