Una investigación publicada por el diario británico The Guardian, reveló que la contaminación por microplásticos está alcanzado niveles nunca registrados en Londres, donde se producen lluvias de esos materiales a niveles nunca antes vistos.
El problema con el plástico y sus efectos contaminantes es más profundo de lo que la mayorĂa de la sociedad piensa. Las piezas muy pequeñas de plástico, conocidas como microplásticos, están en casi todos los lugares y en los Ăşltimos dĂas caen, o llueven, sobre los habitantes de la capital inglesa.
Los microplásticos proceden principalmente de la ropa y los envases, aunque casi cualquier tecnologĂa fabricada suele conllevar este tipo de partĂculas de las que todavĂa se debate cuál es su daño sobre el cuerpo humano.
La detección de microplásticos no solo ha llegado a nuestro cuerpo humano, donde se pueden hallar hasta 20 sustancias derivadas del plástico en la orina, también a cualquier lugar del planeta, como la nieve ártica. El principal problema existente con los microplásticos está en cómo se filtran en los ecosistemas de manera incontrolable.
Para detectar esta lluvia de microplásticos en Londres se recogieron muestras del techo de edificios altos de la ciudad. Los resultados obtenidos fueron de entre 575 y 1.008 piezas diarias por metro cuadrado. La mayorĂa de ellas eran de poliestireno y polietileno, muy usados en el envasado de alimentos.
Las personas absorben por vĂas respiratorias e ingieren con la saliva estos microplásticos, pero existen pocos estudios que revelen los daños a la salud que provocan al adentrarse en los Ăłrganos y la corriente sanguĂnea.
Steve Allen, del instituto de investigaciĂłn EcoLab, afirma que “con lo que sabemos, es bastante aterrador pensar que lo estamos respirando. Necesitamos una investigaciĂłn urgente”.
En todo caso, esta es una de las investigaciones sobre la existencia de microplásticos en ciudades más importantes que ha habido. SegĂşn un informe de la OMS, son un “riesgo mĂnimo para la salud”, pero el desconocimiento sobre los problemas que puedan causar a largo plazo inquieta a los cientĂficos.