El agua que por medio de grandes mallas se recoge de las nubes en el entorno del monte Boutmezguida, en el sudoeste de Marruecos, ha cambiado la vida de los habitantes de los poblados próximos hasta el punto de que las mujeres piden ayuda para realizar actividades productivas.
María Victoria Marzol, directora del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna es quien coordina este proyecto, que se inició en 2006 en la región marroquí de Aït Maämrane, y que culminó una de sus fases el 29 de marzo, Día Internacional del Agua, cuando por primera vez en la historia se abrió un grifo en esa zona.
En este proyecto para aprovisionar de agua potable a las comunidades rurales del entorno del monte Boutmezguida, en el que viven unas 1.550 personas y unos 5 mil animales, colabora la organización marroquí Dar Su Hmad, que busca financiación para los trabajos.
Marzol explicó que en esa zona de Marruecos para recoger agua era preciso recorrer más de cuatro kilómetros y luego regresar con agua de muy mala calidad, y comentó que quienes realizan esa tarea son las mujeres y los menores de edad.