Un nuevo informe publicado por 50 de los principales expertos mundiales en biodiversidad y clima concluyó que el 77% de la tierra (excluyendo la Antártida) y el 87% de la superficie de los océanos han sido modificados por los efectos directos de las actividades humanas.
El documento de IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas) y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), la primera colaboración entre los dos organismos, hizo un llamamiento a los líderes para que aborden de manera conjunta el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, ofreciendo opciones para resolver estas dos crisis.
Las recomendaciones incluyen: detener la pérdida y la degradación de los ecosistemas ricos en carbono y especies en la tierra y en el océano, restaurar los ecosistemas ricos en carbono y especies y aumentar las prácticas agrícolas y forestales sostenibles.
A nivel mundial, se calcula que el sistema alimentario es responsable de entre el 21 y el 37% del total de las emisiones netas de gases de efecto invernadero antropogénicas, si se incluyen las actividades previas y posteriores a la producción.