La superficie de hielo marino en la Antártida está creciendo año a año. Son unos 17.000 kilómetros cuadrados de incremento anual (máxima extensión invernal) desde 1978 a 2010, y el proceso, que no es uniforme en las diferentes regiones costeras del continente blanco, se está acelerando. De cualquier modo, se trata de una superficie muy inferior a la que se está perdiendo (en verano, en este caso) en el otro lado del mundo, en el Ártico, donde la extensión del hielo, el pasado septiembre, era casi tres millones y medio de kilómetros cuadrados menor que la media estival de 1979 a 2000, según datos de los científicos de la NASA que analizan la información de los satélites.
La Antártida resulta un territorio difícil para los científicos del cambio climático, pero los investigadores que han calculado el aumento de la extensión de hielo marino allí, liderados por Claire Parkinson, advierten de que este proceso no contradice el calentamiento global. “El clima no cambia de modo uniforme: la Tierra es muy grande y claramente se prevé que haya diferentes cambios en diferentes regiones del mundo, aún con el calentamiento del sistema en general”, ha recalcado la investigadora del centro Goddard, de la NASA, en una nota.
¿Por qué está creciendo la extensión de la plataforma de hielo marino en el continente blanco? La clave puede estar en la circulación atmosférica, sugieren Parkinson y sus colegas. Ellos mencionan estudios recientes que apuntan como culpable al adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida: el ozono absorbe energía solar, por lo que la reducción de la concentración de estas moléculas en la atmósfera puede provocar un enfriamiento de la estratosfera. Pero, a la vez, suben las temperaturas en las latitudes medias, y esto refuerza los vientos circumpolares en determinadas regiones antárticas, como la plataforma de Ross, donde se ha registrado el mayor incremento de hielo entre 1978 y 2010 (casi 14.000 kilómetros de aumento) al año. El aumento es menor en el Mar de Weddell, pero en el Mar de Amundsen y en el de Bellingshausen está disminuyendo la superficie de agua helada.
En Ross, “los vientos son cada vez más fuertes y empujan la plataforma hacia mar abierto, lo que deja espacios abiertos de agua, llamados polinias; y cuanto más extensas son estas polinias costeras más hielo se genera porque ahí las aguas están en contacto directo con la atmósfera invernal muy fría y se congelan rápidamente”, explica Josefino Comiso, científico de Goddard.
La extensión del hielo aumenta, pero ¿podría estar disminuyendo el grosor? Estudios precedentes han mostrado que la capa helada marina era algo más delgada en 2008 que en 2003, pero el incremento de extensión registrado en ese tiempo compensa con creces ese adelgazamiento, por lo que el volumen total ha aumentado. La NASA apunta que este año la extensión máxima del hielo marino invernal en la Antártida se ha registrado en septiembre, dos semanas después del mínimo (estival) de hielo en el Ártico.