Impulsar una moratoria para hacer estudios a largo plazo para frenar la minería marina.
Ese fue el pedido de 115 organizaciones no gubernamentales durante la reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, en inglés).
Desarrollada en Kingston, Jamaica, la última semana de marzo, la cita tuvo como objetivo evaluar un documento borrador sobre minería marina presentado en febrero, que será decisivo para aprobar o no esta actividad en los océanos del mundo.
La 29° reunión de ISA, que congregó a delegados de varios países del mundo, es previa a los encuentros de julio y agosto, cuando se analizará el documento y, de ser aprobado, hará posible la minería marina. Debido a que esa actividad se podría hacer en ambientes aún inexplorados, muchos alegan que se desconoce el impacto que podrá tener en los ecosistemas.
El grupo de ongs, denominado Coalición para la Conservación del Fondo Marino (DSCC, en inglés), manifestó preocupación por el bienestar de estos ecosistemas.
Además, 25 países se oponen a la minería del fondo marino. Entre los latinoamericanos que apoyan una pausa de precaución están Chile, Costa Rica, Ecuador, Panamá, República Dominicana y Brasil. Por su parte, México (con Nueva Zelanda, Suiza, Canadá y Reino Unido) promueven la moratoria minera.
En contraste, China, India, Japón y Corea del Sur impulsan la aprobación de esta actividad.
“Esperamos que se unan otros países de la región como Guatemala, Perú, Colombia y Argentina”, aseguró a SciDev.Net Daniel Cáceres Bartra, biólogo marino peruano y representante de la organización Sustainable Ocean Alliance (SOA), quien participó en la reunión de Kingston.
Alertó que la minería afectaría a la región de una manera que aún no se puede predecir específicamente. “Tenemos que prepararnos para la asamblea de julio en la que se discutirá políticamente la moratoria global de estas actividades”, afirmó Cáceres.
“La reunión del Consejo muestra que sigue habiendo una gran división entre los Estados con respecto al desarrollo de un Código de Minería en ausencia de una ciencia sólida.
Ante el aumento diario de las crisis en nuestros océanos, las profundidades marinas, como patrimonio de la humanidad, deben servir como fuerza unificadora. Para salvaguardar nuestro patrimonio colectivo debemos unirnos detrás de una moratoria global”, dijo en un comunicado, Sofia Tsenikli, líder de la campaña global de minería en aguas profundas del DSCC.
Travis Aten, director de campaña de comunicaciones de DSCC, explicó que entre las actividades humanas que plantean un riesgo para la salud de las profundidades marinas está la pesca y la minería en aguas profundas, entre otras.
“Los principales impulsores de estas amenazas son los gobiernos que priorizan la explotación sobre la protección de los océanos, el incumplimiento de los compromisos, la falta de transparencia y una explotación y extracción inadecuadamente reguladas”, señaló Aten.
Según Aten, América Latina vive una situación particular, principalmente en el Océano Pacífico, que se vería afectado por la minería en aguas profundas, pues la primera área que las compañías mineras esperan explotar es la Zona Clarion Clipperton (CCZ, en inglés), entre México y Hawaii.
“Un motivo importante de preocupación es el tamaño de las zonas de la CCZ que podrían verse afectadas por la minería de nódulos [rocas del tamaño de un puño incrustadas en el fondo marino que concentran minerales de interés comercial].
Se estima que una sola operación minera pueda extraer 15.000 km2 de lecho marino en un contrato minero de 25 a 30 años, con impactos indirectos que se extenderán a 75.000 km2 o más por operación”, indicó Aten.
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