La desertificación es un proceso de degradación de la tierra que provoca la pérdida de productividad biológica y económica, convirtiéndola en un desierto. La preocupación por este fenómeno se encuentra en su presencia en varias partes del mundo, como Arabia Saudí, que decidió dar la lucha contra la desertificación.
A través del programa Visión 2030, centrado en la protección del medio ambiente, la transición hacia una economía más verde y la restauración del ambiente, el país árabe multiplicó sus esfuerzos contra el cambio climático. Para esto, impulsaron varias medidas para intensificar la reforestación, la promoción de soluciones energéticas limpias y la expansión de áreas protegidas.
Por otra parte, Arabia Saudí llamó a los agricultores a adoptar el riego inteligente, dado que el cambio climático y la desertificación cada vez provocan más tensión sobre los recursos hídricos y de la tierra. En este sentido, el antiguo empresario, ahora agricultor, Mohamed Alnwairan, desde hace 15 años cultiva en los desiertos orientales del país, y en los últimos años se sumó al riego inteligente y un nuevo cultivo, consecuencia del cambio climático y la escasez de agua.
De acuerdo con el empresario, estos cambios generaron una diferencia de color, forma y tamaño considerable, como muestra de las buena salud de la tierra, gracias a estas medidas. A su vez, Alnwairan utiliza una aplicación para controlar y supervisar el riego y flujo de agua, que miden los datos meteorológicos para ahorrar recursos. Esto significa que si se esperan lluvias, automáticamente se detiene el flujo de agua.
Desertificación y estrés hídrico en Arabia Saudí
Hasta hace unos años, la escasez de agua no era un problema en las tierras de cultivo del oasis árabe. Sin embargo, comenzó a convertirse en una preocupación cuando el cambio climático y el cultivo de arroz impactaron negativamente en el recurso, sobre todo porque este último requiere de mucha agua, por lo que provocó un descenso en el nivel freático, dificultando y encareciendo el acceso al agua.
En este sentido, el experto en extensión de riego de la FAO, Mahmoud Abdelnabby, explicó que “el riego inteligente puede reducir el consumo de agua en un 70% y es más sostenible para el medio ambiente”. Actualmente, los agricultores no pagan por el agua, pero la automatización proporciona otros ahorros, dado que se necesitan menos trabajadores para regar los árboles, una tarea que requiere tiempo y esfuerzo, en especial sobre los meses de calor.
Si bien las herramientas para el riego inteligente son de tecnología avanzada, se pueden adquirir fácilmente en el mercado local y, a pesar de requerir una inversión financiera inicial, sus costos se amortizan con las cosechas.
Tierras perdidas por la desertificación
Cada vez son más las tierras productivas perdidas en las áreas desérticas de Arabia Saudita por el aumento de la frecuencia de las sequías y desertificación. Sin embargo, no son los únicos factores, dado que la extracción excesiva de aguas subterráneas no renovables es otra amenaza para la productividad agrícola y la seguridad alimentaria.
De acuerdo con el socio de la FAO y la Organización Saudí de Riego, Jaffar Almubarak, el riego inteligente es una parte de la solución integrada al cambio climático, en la que también se incluye la elección de cultivos y la gestión del suelo. “Un enfoque de este tipo puede maximizar el uso del agua pero también ayudar a rehabilitar la tierra y trabajar contra la desertificación”, afirmó Almubarak.