La moda rápida, o fast fashion, ha convertido al desierto de Atacama en un “cementerio de ropa” altamente contaminante.
La ropa de baja calidad desechada en el norte global termina en Chile, donde no se revende y se incinera ilegalmente, causando graves daños ambientales y de salud.
Chile importa toneladas de ropa usada de Europa, Asia y Estados Unidos con el fin de darle una segunda vida. Sin embargo, el exceso de prendas de mala calidad y la falta de infraestructura para reciclarlas han convertido estas importaciones en residuos difíciles de eliminar.
Estrategia de Economía Circular del Sector Textil
El Ministerio de Medio Ambiente de Chile reconoce el problema y ha publicado una Estrategia de Economía Circular del Sector Textil.
El objetivo es impulsar la vida útil de la ropa y prevenir la generación de residuos textiles para proteger la salud y el medio ambiente.
Documentación del Problema
Bastian Barria, cofundador de Desierto Vestido, ha documentado la existencia de decenas de vertederos de ropa en el desierto de Atacama. La incineración de textiles elaborados con fibras sintéticas no biodegradables implica daños potenciales para el ambiente y la salud.
Un reporte de las Comisiones Económicas de las Naciones Unidas para Europa y para América Latina y el Caribe confirma que el exceso de importaciones de ropa usada en Chile está derivando en un grave problema de manejo de residuos textiles.
En 2022, Chile importó 124 mil toneladas de ropa de segunda mano, de las cuales muchas terminan en vertederos en el desierto de Atacama.
Práctica Colonialista de Residuos
Matías Roa, de Basura Cero Chile, describe este flujo de ropa como una práctica colonialista de residuos. La industria de la moda rápida ha aumentado el flujo de material, lo que lleva a un aumento de los residuos textiles en vertederos.
El mercado de ropa usada contribuye significativamente al Producto Interno Bruto de los países y reduce la huella ambiental de la producción de ropa. Sin embargo, la fast fashion amenaza este mercado al producir prendas de mala calidad que no pueden reutilizarse y se convierten en desechos.
En las últimas tres décadas, el mercado global de ropa de segunda mano ha crecido siete veces.
Impacto de la Fast Fashion
La moda rápida ha aumentado el flujo de ropa de baja calidad, que a menudo no puede ser revendida y termina en vertederos. En Chile, la quema de textiles en el desierto libera gases nocivos y microplásticos al medio ambiente.
El poliéster, comúnmente utilizado en la ropa de fast fashion, es difícil de eliminar y contribuye a la contaminación. La Convención de Basilea regula el movimiento transfronterizo de desechos peligrosos, pero la ropa de poliéster a menudo escapa a estas normas.
Recomendaciones y Soluciones
Para abordar estos problemas, es esencial considerar la ropa de poliéster como un residuo peligroso y regular su comercio internacional. Además, es crucial invertir en infraestructuras para la gestión de residuos textiles y promover prácticas de consumo sostenible.
Mientras no haya una disminución en el consumo de fast fashion, los flujos de ropa de segunda mano seguirán aumentando.
Necesidad de Regular el Uso de Plásticos
Para Roa, es crucial regular el uso de plásticos y fibras sintéticas en la producción de ropa. Necesitamos ropa hecha de materiales reciclables y menos dañinos para el ambiente, como el algodón y el cáñamo.
La solución es clara: debemos dejar de adquirir ropa que no necesitemos, tanto nueva como usada, para evitar estos problemas ambientales y de salud.
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